¿Las maletas en los aeropuertos pasarán por un TAC? Sí

Marcos Ortega Hortas PROFESOR TITULAR DEL ÁREA DE CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN E INTELIGENCIA ARTIFICIAL DE LA UDC

OPINIÓN

María Pedreda

22 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Vivimos en una época apasionante desde un punto de vista tecnológico. También desde otros muchos puntos de vista, pero estoy convencido de que desearíamos que no fuese siempre así. Tras atravesar un período condicionado por una pandemia histórica, y sufriendo las consecuencias económicas y sociales de un conflicto que estará pronto de triste aniversario, tratamos de retornar a la normalidad (¡qué palabra más bonita!) de la que disfrutábamos, quizás sin ser conscientes del todo. Así, el año pasado fue el del desquite. Por fin podíamos volver a reunirnos, celebrar, viajar... en definitiva, vivir.

Pero la tan idealizada normalidad nos estaba aguardando con sus feas costumbres. ¿Quién no siente un escalofrío al pensar en los controles de los aeropuertos? Sacar el dispositivo electrónico de turno o la bolsita de los líquidos se ha convertido desde hace muchos años en un hecho rutinario, aunque no por ello menos agobiante para los sufridos viajeros. Pues tenemos buenas noticias para todos: estos días hemos sabido que AENA está planeando instaurar, para principios del 2024, sistemas de escaneo 3D en los controles, lo que evitará tener que extraer del equipaje los dispositivos electrónicos o la bolsa de líquidos.

¿Y cómo es esto posible? La respuesta la encontramos en los servicios de radiodiagnóstico de los hospitales. La tecnología de escaneo actual es equivalente a una radiografía de rayos X, una imagen en dos dimensiones con limitada capacidad de detalle. De ahí que los objetos potencialmente sospechosos deban ser extraídos. El nuevo sistema, en cambio, se basa en la Tomografía Axial Computarizada (TAC o CT, por sus siglas en inglés). En una CT, el dispositivo emite un haz de rayos X en diferentes ángulos mediante un sistema de rotación, permitiendo un escaneo 2D más preciso. Este proceso se repite cientos de veces a medida que el objeto se desplaza por la cinta. Cada uno de estos escaneos 2D se combinan después por ordenador y se obtiene una reconstrucción en 3D del objeto completo. A partir de ahí, la imagen 3D se podrá rotar o ampliar, facilitando su visualización durante el proceso de inspección. Es de esperar que la inteligencia artificial ayude a automatizar dicho proceso, agilizando el tiempo requerido para ello.

A los profesionales de las tecnologías digitales nos gusta indicar que estas deben estar centradas en las personas. En tiempos de ChatGPT, pocos usos más amables podemos encontrar para la tecnología que aquellos que humanicen el trance aeroportuario.