¿Es usted un sexalescente? Vida plena en la edad madura

Pilar Conde DIRECTORA TÉCNICA DE CLÍNICAS ORIGEN

OPINIÓN

12 feb 2023 . Actualizado a las 12:30 h.

James Dean murió joven y nos dejó un «cadáver exquisito». Un accidente de tráfico que conmocionó Hollywood y a sus seguidores en todo el mundo le convirtió en el eterno adolescente, guapo e icónico. Su imagen de Rebelde sin causa, que vino a romper con los moldes que encajaban con una juventud tradicional, persiste y lo hará a través de los siglos. 

Sin embargo, si hoy en día alguien nos pidiese que identificásemos a un símbolo de la juventud eterna más cercano en el tiempo lo tendríamos algo más difícil. Sobre todo, porque el abanico de personas que viven como jóvenes se prolonga hasta pasados los ochenta. A esa cifra se encamina Mick Jagger, eterno rockero, en plena forma y con todo el gancho de una estrella mundial.

Se podría decir, siguiendo la terminología de las redes sociales, que Jagger y sus compañeros de banda son viejóvenes, o, de otra manera, que viven en plena sexalescencia. Este término se refiere a aquellas personas maduras, que pasan los sesenta, y que mantienen un estilo de vida propio de los veinte: son audaces, disfrutan al máximo de su día a día, no se pierden una y se cuidan. Su dieta es equilibrada, practican deporte y se incorporan a las nuevas tendencias sociales.

Por supuesto que el estado del bienestar y los cuidados universales tienen que ver con la aparición de los sexalescentes, pero no es el único factor. La llegada de la globalización y la tecnología, a pesar de la brecha, les ha permitido el acceso a recursos y contenidos de los que disfrutan sus nietos. Están y se sienten integrados. En España, muchos forman parte de las generaciones que «fueron a más» tras la Transición y la modernización del país. Y esa modernización, precisamente, les ha ayudado a vivir sin complejos, miedos y tabúes propios de otros tiempos.

Tres son los rasgos definitivos con los que identificarles:

—Se enfocan en cómo conseguir su bienestar, sin depender de la atención y cuidado de otras personas de su entorno.

—Potencian los sentimientos de capacidad, y valoración hacia ellos mismos, lo que revierte en autoestima y bienestar emocional. 

—Rompen con las limitaciones impuestas por la sociedad e ignoran la edad a la hora de acometer nuevas empresas y ponerse objetivos.

En definitiva, tienen ganas de disfrutar y de contribuir socialmente, y lo hacen. La experiencia y el conocimiento que aportan sus años nos aconsejan incorporar esa fuerza y sus dinámicas en la sociedad. Naturalizarlo sería eliminar la etiqueta.