Soluciones en la crisis de atención primaria

Javier Prieto Cebreiro MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA Y SECRETARIO GENERAL DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE A CORUÑA

OPINIÓN

Concentración en defensa de la atención primaria.
Concentración en defensa de la atención primaria. ELOY ALONSO

Las medidas anunciadas por la Xunta son un buen primer paso, pero es el momento de la toma de decisiones acertadas y valientes

10 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

 A nadie resulta ajena la actual crisis en atención primaria, que afecta tanto a nuestro país como a otros de nuestro entorno (como Reino Unido). Este deterioro insidioso y progresivo responde a causas que sería difícil enumerar en su totalidad, pero sí podemos identificar dos hechos transgresores (la crisis de deuda del 2007 y la reciente pandemia) que, como test de estrés, han podido mostrar las principales fortalezas y carencias de nuestro sistema sanitario.

La primaria, como eje vertebrador, representa el primer contacto del paciente con su sistema de salud, y es el elemento gestor de la demanda sanitaria hacia otros niveles asistenciales. No es fortuito que los países desarrollados hayan adoptado este nivel asistencial en su política sanitaria con gran esfuerzo inversor.

Esta crisis ha sido objeto de debate y no parece tener fácil solución a corto plazo, sabiendo que será muy complicada sin las adecuadas sinergias entre todos los responsables de su buen funcionamiento (Administración, profesionales, agentes sociales y usuarios).

En este sentido, la propuesta del Gobierno autonómico gallego de medidas encaminadas a paliar la situación debería, a priori, ser acogida con optimismo y cautela.

La oferta de contratos estables a los médicos que finalizan su especialidad representa una reivindicación ampliamente solicitada, con el fin de erradicar la precariedad laboral y estabilizar los equipos sanitarios. La ausencia de relevo generacional en atención primaria sigue siendo motivo de honda preocupación en el futuro inmediato.

Las agendas asistenciales con criterios de calidad asistencial deberían traducirse en una mejora del panorama actual. La sobrecarga asistencial, la escasez de tiempo por usuario unido a la dificultad del pleno desarrollo de la cartera de servicios de atención primaria, han contribuido al desprestigio y desencanto de la especialidad (las plazas de formación mir desiertas así lo atestiguan).

Asimismo, la oferta de plazas fijas en varias especialidades en centros sanitarios comarcales debería favorecer la consolidación de equipos estables, así como la equidad y accesibilidad de aquellos habitantes de localidades con un grado de cobertura más difícil.

Probablemente, estas medidas no sean todavía suficientes (el tiempo lo dirá) para resolver totalmente el problema, pero sí son necesarias y sería deseable su implementación con otras también prioritarias, como la desburocratización. En todo caso, se trata de un buen primer paso y es el momento de la toma de decisiones acertadas y valientes… os tempos son chegados.