Más espíritu crítico, menos Mr. Wonderful

Eva Díaz PROFESORA DE FILOSOFÍA Y PERIODISTA

OPINIÓN

stefanamer

08 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace poco comparaba el número de likes que tenían las publicaciones de Mr. Wonderful en redes sociales con las de los post sobre literatura, filosofía o arte, y los primeros ganaban por goleada. De igual forma, las páginas de autoayuda y pensamiento positivo arrasan en internet, mientras que los textos que tratan de profundizar sobre aspectos de la realidad son ignorados por la gran mayoría.

Lo fácil y lo divertido triunfan en el ciberespacio y en la vida real. Las tacitas y agendas con frases como «Lo único imposible es lo que no intentas» o «Sal de la zona de confort» llenan los dormitorios de nuestros hijos y los estantes de las cocinas. Nos bebemos el café de la mañana leyendo «Eres la mejor» y escribimos la lista de la compra en la libreta de «Querer es poder». Luego abrimos LinkedIn para inspirarnos con recomendaciones de desarrollo personal y, al llegar a la oficina, nos dicen «Sonríe» porque la seriedad no vende.

La tiranía de lo happy nos obliga a ser optimistas y felices cuando, en ocasiones, la tristeza y el recogimiento son más reconfortantes, pero, ¡cuidado! La introspección es un arma peligrosa porque nos hace pensar, pensar nos acerca a la duda y dudar es malo en la sociedad actual, pues conduce al inconformismo y a la rebeldía, y ¿a quién le interesan los rebeldes?

Con el pensamiento crítico ponemos en tela de juicio el «tú si que vales» y las modas y tendencias impuestas del egocentrismo y la autocomplacencia para descubrir nuestra identidad con honestidad y valentía. Nuestro «yo» verdadero, lleno de luces y sombras, pero único e irrepetible, al fin y al cabo.

La tristeza y la alegría son emociones que nos hacen humanos, ambas son necesarias y balsámicas, siempre y cuando entre ellas haya equilibrio y mesura. Abracemos las dos sin miedo, la primera porque hace que indaguemos en nuestro verdadero ser, y la segunda porque nos vuelca hacia el mundo exterior para apreciar su esencia y su belleza; pero abracémoslas con criterio, con juicio, sin dejarnos llevar por la tiranía uniformadora de la moda.