Samsung reta al James Webb

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

KIM HONG-JI | REUTERS

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Seguro que han visto esas fotografías captadas por la nueva joya de la astronomía, el telescopio James Webb, que muestran fascinantes imágenes como las de la nebulosa de Carina o la del Águila, los llamados Pilares de la Creación, donde se aprecian el gas y polvo de las formaciones de las que surgen las estrellas. No quiero decepcionar a nadie, pero son recreaciones o «traducciones» de los datos recogidos por el telescopio, que utiliza un espectro infrarrojo que los humanos no pueden ver. Programadores científicos del James Webb cogen la información y asignan una paleta a los distintos rangos de longitud de onda del espectro, que se correlacionan con la presencia de elementos como hidrógeno, azufre y oxígeno. Así se forman las imágenes y que conste que esto no significa que no representen fielmente cómo son las galaxias y formaciones estelares de los confines el universo, si pudiéramos verlas con nuestros propios ojos.

Salvando años luz de distancia, Samsung nos lo va a poner más fácil. El nuevo Galaxy S23 Ultra, presentado ayer, permite capturar una imagen nítida de la Vía Láctea con los ajustes de Astrofotografía, una aplicación que utiliza la cámara principal de 200 megapíxeles. Los usuarios pueden usar la exposición múltiple o tomar una instantánea del cielo estrellado con la seguridad de que no va a salir una colección de puntos borrosos, y la app sobreimpresiona en la pantalla las formas y nombres de las constelaciones, para saber qué es lo que estamos fotografiando.

Con una pantalla de 6,8 pulgadas y un precio de partida de 1.409 euros (1.829 euros la versión tope de gama con 1 TB de almacenamiento), el smartphone de referencia de la marca coreana cuenta en su interior con la plataforma móvil Snapdragon 8 Gen 2, que incluye «una IA revolucionaria» y «los gráficos móviles más rápidos del mundo». El teléfono estrena nuevo diseño con unos bordes más rectos, y en su fabricación se emplean el doble de materiales reciclados que en la generación anterior, incluyendo plásticos procedentes de botellas PET, barriles de agua y redes de pesca desechadas. Aparejos como los largados en las profundidades del Gran Sol acaban así apuntando hasta el infinito y más allá.