Desaparece el «mexiqueño»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

Carlos López | EFE

28 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unas semanas desapareció un gentilicio. Con su discreción habitual, las academias del español retiraron de su diccionario el término mexiqueño, supuesta condición hasta entonces de más de nueve millones de personas, aunque la inmensa mayoría de ellas lo ignoraban.

A partir de la voz México se formaron varios gentilicios. El principal, mexicano, da nombre a los habitantes de México, el país norteamericano cuyo nombre oficial es Estados Unidos Mexicanos. Otro, mexiquense, se aplica a los naturales del estado de México, una de las 32 entidades federativas que integran esa nación. Un tercero, mexiqueño, era el nombre —o al menos pretendía serlo— de los habitantes de Ciudad de México, la capital de la república, hasta no hace mucho denominada Distrito Federal. Usualmente, a estas personas se les llama defeños, fruto del deletreo de la abreviatura D. F., de Distrito Federal. También se les conoce como chilangos, aunque este es un término coloquial, poco apto para usos más formales.

José G. Moreno de Alba, que fue director de la Academia Mexicana de la Lengua, explicaba que, tiempo atrás, esta institución, al percatarse de la inexistencia de un gentilicio fetén de la ciudad de México, había propuesto mexiqueño a la Academia Española, por lo que esta lo incorporó a su diccionario en el 2001. Él veía impecable el proceso neológico: a la raíz mexic- se le aplicaba el sufijo -eño, que se emplea para formar gentilicios, como brasileño, malagueño o tinerfeño. Pero tiempo después dejó claro cuál era el problema: «No me convence el vocablo por la sencilla razón de que, en mi opinión, nadie lo usa. Nunca he oído en boca de un mexicano o de un hispanohablante el adjetivo mexiqueño. Tampoco lo he visto escrito, excepción hecha de los diccionarios».

El académico acabó proponiendo que el término se retirase del Diccionario. En México, otras voces se habían mostrado igualmente críticas con el neologismo. A ello contribuyó la confusa definición de mexiqueño en su primera aparición en el Diccionario: «Natural de México». Había que leer la segunda acepción para saber que ese México no era el país: «Perteneciente o relativo a esta ciudad, capital de la República Mexicana». En el 2014 se mejoró: «Natural de México, capital de la república mexicana». Pero mexiqueño ya no llegará a la próxima edición. Vuelve a ponerse de manifiesto que los hablantes son soberanos en estos asuntos de la lengua.