El noroeste, una isla, sí, pero para lo bueno

OPINIÓN

Banderas de Castilla y León, Asturias y Galicia en la cumbre del noroeste.
Banderas de Castilla y León, Asturias y Galicia en la cumbre del noroeste. Sandra Alonso

28 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Será porque este largo período preelectoral contamina tanto que había temor a que la «cumbriña», «paripé» o «akelarre contra el Gobierno» que advertía días atrás algún miembro de la oposición en Galicia acabara diluida. Se presumía una cita Guadiana, como las que Alberto Núñez Feijoo hacía con el asturiano Javier Fernández y el burgalés Juan Vicente Herrera, con los que compartió reivindicaciones, mantel y amistad. Guadiana porque, como el río, aparecían y desaparecían sin rastro palpable de resultados. Buena intención, no más.

La de este viernes de fin de enero con la triple A (Adrián y los dos Alfonsos) tuvo sustancia, hechos y gestos. El primero, el coraje del presidente asturiano, bien dispuesto y cargado de argumentos mientras lo rodeaban barones del PP con sus consejeros y empresarios afines, terreno poco favorable cuando en unos meses se juega las fabes en las elecciones autonómicas, al contrario que Rueda o Mañueco. Que un socialista tan sanchista como Adrián Barbón se moviera cómodo y dejara duros recados a la Moncloa ejemplifica bien que la cita ponía de lado las siglas para centrarse en los territorios; en lo importante.

Otro gesto llegó antes, en el arranque de la reunión: un correo electrónico del Ministerio de Transportes intentando desactivar reproches merecidos por meses de silencio. Desveló quién llevará el día a día del corredor atlántico, que era, al fin, el eje de la cita. Es un vallisoletano experto en movimientos de mercancías internacionales que gestionó la llegada de cereal desde la Ucrania en guerra. No parece improvisada la elección visto el perfil del elegido. Es decir, estaba bien pensado cuándo anunciarlo. Al final ha resultado un triunfo para los convocantes y un gesto muy poco fino del Gobierno por ese momento elegido.

Y tercera señal: no se presentó como una cumbre de confrontación, y no lo fue. Seguro que era tentador, y fácil, caer en ello en un contexto político tan polarizado y presentarlo como una batalla este-oeste. Va a ser verdad que el noroeste es una isla. Para lo bueno.