Soy mayor, pero tengo ideales y principios

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En el otoño de la vida y el Estado de derecho

Y así se ha llegado a la edad que parecía tan lejana. Nuestros hábitos de vida cambian, nuestras responsabilidades son otras, nuestro cuerpo es diferente, pero te encuentras con que tus ideales son los mismos y la frustración primero y la rebeldía después te hacen volver del pesimismo en el que otros te han tratado de contagiar. Vuelves la vista atrás y al hacer un resumen de aquellos tiempos vividos te preguntas si habrá valido la pena. Buscando la libertad en el camino te has encontrado con obstáculos en los que has dejado renuncias, tiempo y abandono de atenciones a los seres más queridos. Y llegas a este otoño y analizas y al hacerlo te rebelas contra la injusticia, contra los engaños, y vuelves con el cansancio de los años, pero con el deber que tienes como ciudadano de un Estado de derecho que dejará de serlo si no reaccionamos ante las falsas promesas. Aquellos jóvenes, hoy con 45 años más observan con asombro, con pena, como aquellos valores se van perdiendo, convirtiendo lo logrado en una crítica destructiva por una razón: el poder, sin importar ni la moral ni la ética. Apoyaré siempre a los que tratan de reconducir la deriva de una forma de gobernar en la que los valores ya no importan. En mis deseos estará el poder decir: viva la democracia, que es patrimonio de todos los ciudadanos. Los que votamos somos dueños de nuestros pensamientos. No pertenezco a partido político, solo soy un ciudadano libre que como sea y en la medida que pueda lucharé por ti. En el otoño, las hojas caen y los árboles cuidan sus fuerzas para resistir el invierno y dar paso a la primavera, pero siguen siendo los mismos árboles… J.J.L.F. A Coruña.

 La Liga quizá no terminará

Es posible que no se pueda terminar esta Liga de fútbol e incluso que no haya más. No por los escándalos que ha provocado, que poco les ha importado, si no porque ha servido para distraernos y agravar nuestra guerra, la de todos, la mundial. De ahí que estos días se estén tomando, sin apenas ruido ni reacción ciudadana, decisiones que pueden llevar a terminarla exterminando ambos bandos, militares y civiles. Un récord que se logrará pero no quedará nadie para acelebrarlo. Se trata de dar o no a Ucrania armas tales que le permitan no solo seguir defendiéndose, como hasta ahora, sino reconquistar las regiones de las que Putin se ha apoderado estos últimos meses y también hace una década (Crimea). Esto haría más difícil evitar una guerra de consecuencias catastróficas para todos, pero que, a juzgar por el interés que despierta, parece menos excitante que un partido Madrid-Barcelona. M. Sagrera Capdevila. Madrid.