¿Reducción de jornada? Decisión voluntaria

Juan Manuel Vieites PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE GALICIA

OPINIÓN

31 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate sobre la conveniencia de acortar la semana laboral ha vuelto a la escena mediática, pero es importante aclarar algunos de sus extremos para poder decidir con conocimiento de causa. Así, ¿estamos hablando de reducir las horas de trabajo con minoración del salario a percibir por las personas trabajadoras o sin disminución del mismo? ¿O bien se trata de hacer el mismo número de horas concentradas en menos días a la semana?

Sea como fuere, nuestra propuesta es que la decisión sea siempre voluntaria para las empresas en función de su actividad, ya que una gran parte de ellas no pueden pagar la misma cantidad por un menor número de horas, y existen sectores a los que les sería muy difícil implantar la jornada laboral de cuatro días por necesidades de atención a su clientela. Además, hay que destacar el importante peso de las micropymes en el tejido productivo gallego, las cuales podrían detentar más dificultades para un incremento de productividad y eficiencia que compensara la reducción.

Precisamente, el pasado 16 de diciembre el BOE incluía unas ayudas del Ministerio de Industria dirigidas a pymes que desarrollen proyectos piloto de medidas de disminución de la jornada laboral de como mínimo un 10 %, sin afectación a las retribuciones salariales. Es importante aclarar en este punto que el proyecto no obliga a que las medidas implantadas impliquen la reducción de días de trabajo.

Se trata efectivamente de una decisión potestativa para las compañías, en las que serán ellas las que deban sopesar los pros y los contras que les pueda ocasionar, entre estos últimos qué pasará si la jornada ha de ser de nuevo ampliada en un futuro por necesidades de producción. La realidad es que habría dificultades para regresar de forma automática si no se ha acordado dicha posibilidad previamente, e incrementaría el precio a abonar por hora extraordinaria o las necesidades de contratar para cubrirlas por encima de la jornada ordinaria reducida.

Además, si algunos de los objetivos que se buscan con esta medida son captar y retener un talento escaso y mejorar la productividad, no todo tiene que pasar por la reducción de jornada; existen otras alternativas, como las medidas de mejora de la formación y cualificación de las personas, de flexibilidad interna, de distribución irregular de la jornada, de reducción de los indicadores de absentismo y de las horas de trabajo perdidas, etcétera.

En definitiva, debe ser la compañía la que sopese la implantación de tal medida, en cuanto no hay una solución única y óptima para todas.