Pascual Duarte y la corrección política

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

26 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Se publicó en 1942. Se han cumplido ochenta años. Su aniversario ha pasado desapercibido, aunque sigue siendo considerada una de las mejores novelas escritas en lengua española. Un prodigio. De crudeza, pero también de estética. El Pascual Duarte de Cela, por políticamente incorrecto, hoy sería impublicable. La novela posee virtudes diversas pero hay una que para mí resulta predilecta: la verosimilitud. Es decir, la apariencia de verdad. Porque, me pregunto, ¿no se precisa un desmedido talento para verosimilizar lo que a continuación relato? Infancia infelicísima rodeado por una padre que golpea a la madre bebedora, la misma que no desea que su hijo vaya a la escuela «y siempre que tenía ocasión, y aun a veces sin tenerla, solía decirme que para no salir en la vida de pobre no valía la pena aprender nada»... El padre muerto, de rabia, el día en que la madre da a luz a un nuevo hijo, a quien un cerdo le come las orejas y que acaba muriendo en una tinaja de aceite. El mismo día del entierro, Pascual viola a Lola, con quien se casa, embarazada. Aborta al caer de una yegua al regreso del viaje de novios. Pascual mata a navajazos al animal después de herir en la taberna a un amigo. Un nuevo embarazo llega a buen puerto, pero el niño muere a los once meses... Una hermana prostituida, la única que lo entiende, pero como no soporta la compañía de su madre y de su mujer decide marchar de casa, para no matarlas... Al regreso, dos años después, su mujer está embarazada y muere después de una disputa, no sin antes confesar quién es el padre de la criatura, un antiguo chulo de su hermana, El Estirado, a quien mata apretándole el pecho con la rodilla. Tres años en la cárcel y nuevo matrimonio. Se propone marchar a A  Coruña con su mujer, pero antes matará a su madre. Se arrepiente con el cuchillo en la mano. No lo va a hacer. Pero su madre despierta y ya resulta inevitable. Defendiéndose, le arranca un pezón mientras Pascual le clava el cuchillo en la garganta.

Este cúmulo de extremos solo los puede hacer verosímiles un autor dotado de modo vehemente, hiperbólico, para el arte de la narración novelesca. Y no entro en la perfección estructural del texto: el manuscrito encontrado, la transcripción de las memorias, las cartas del capellán de la cárcel o del número de la Guardia Civil, las distintas y perfectamente significadas voces narrativas. Por no señalar el habilísimo manejo de la lengua literaria, la concepción de atmósferas y espacios, el caudal profundo y curvado de la prosa, el tratamiento del tiempo literario como un péndulo lento y eficaz.

Estas circunstancias han hecho del Pascual Duarte un texto imperecedero. Un clásico. Por eso podemos leerlo aún hoy. Recomendarlo. Seguir gozando y envolviéndonos en su tejido vigoroso, volcánico, torrencial. Es una novela políticamente incorrecta. Pero es una obra maestra.