Vale ya de hacer el imbécil

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Jesús Hellín | EUROPAPRESS

17 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La responsabilidad es una de las cualidades imprescindibles y exigibles para ejercer un cargo público. Al menos debería de serlo. Decía Winston Churchill que «el ejercicio de la grandeza es la responsabilidad». Pero, por lo que vemos, no solo carecen de grandeza, sino también de compromiso, de formación, educación y mesura. Y así nos van las cosas.

El clima de enfrentamiento al que nos están sometiendo sus señorías queda reflejado en las crónicas periodísticas de la última reunión. «Sin precedentes», «escándalo de proporciones monumentales», «radicalmente antidemocrático», «algo inusitado», «nadie recuerda una situación semejante», «un absoluto escándalo» o «jornada sin precedentes en la historia del parlamentarismo español desde 1978». Porque allí se trató de todo excepto de lo que interesa. Tejero regresó a la Cámara en boca de sus señorías y, claro, regresó el «golpe institucional», el «golpismo» y, con ellos, la «defunción del Estado de derecho, la democracia y la Constitución». Poco más allá se puede ir. «Ha sido uno de los días más difíciles de esta democracia», resumió el diputado Baldoví.

Estamos sumidos en una gravísima e inédita crisis institucional producto de la irresponsabilidad, osadía e insolencia de quienes elegimos como representantes. El deterioro institucional al que llegamos no es producto de un día. Arrancó con el «gobierno ilegítimo», se fue alimentando y a día de hoy estamos ya una trifulca de todos contra todos.

Porque la peligrosa situación que vive la política española no es solo culpa de unos u otros. Lo es de todos. Es reprochable la estrategia del PP de ir contra todo, pese a la promesa de una nueva forma de hacer oposición. Lo es también de socialistas y afines cuando buscan el topetazo y azuzan a sus huestes. Y lo es del Poder Judicial, atrincherado, incumpliendo la Constitución y arrogándose un papel que no le corresponde, alineándose con los más derechistas.

La situación no puede avanzar ni un milímetro más. Hasta aquí llegamos. Hay que frenar la grave crisis institucional que padecemos. Vale ya de hacer el imbécil. «Al final ha salido todo bien», suspiró aliviado un parlamentario socialista. Pues no, señoría. Ha salido mal. Todo va mal porque están jugando con fuego y nos han colocado al borde del precipicio. Todos. Porque son unos irresponsables.