La España iluminada

OPINIÓN

Isaac Fontana | EFE

12 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El pretexto del viaje en los días del puente de diciembre, ha sido durante muchos años desplazarme a las ciudades centro europeas para visitar los mercadillos navideños y gozar con la iluminación singular que incendiaba las noches de diciembre. Así visité Berlín y Múnich, y Düsseldorf y Hamburgo, y me detuve en la gran feria de Navidad de Colonia, y estuve en Burdeos y en Praga y bebí el glühwein, el vino caliente navideño. Parecía que los días del adviento eran una explosión de luz que se ceñía únicamente a la vieja Europa.

España no figuraba en el joven censo de la iluminación de Nadal. Era territorio de nacimientos a la napolitana, y de estrellas de latón con bombillas de colores que nos deseaban unas ajadas felices pascuas. Con el comienzo del nuevo siglo empezó tímidamente a encenderse la luz en muchas ciudades con Málaga y Madrid a la cabeza, y con una empresa de Puente Genil, en Córdoba, Ximénez, que nos trajo la revolución led, y reinventó la Navidad a la española. Y continuó Vigo, con su alcalde, Abel Caballero, de promotor entre un Santa Claus socialista y un elfo batallador, que sembró de luz y de ferias navideñas la ciudad olívica conviertiéndola, «con sus luces y sus sombras», en un destino turístico de invierno.

Y así, pandemia del covid por medio, nació como por mágico encanto, la España iluminada. No hay ciudad o pueblo en todo el territorio que no compita de alguna manera con adornarse y ponerse bonito durante este mes largo que muere con el nuevo año, máxime cuando estamos a seis meses de la consulta electoral que renovará las corporaciones municipales.

Vigo, Málaga, Ourense, Valladolid, Madrid, Vitoria o Valencia son algunas de las ciudades españolas que exhiben su nuevo rostro navideño, su camino de las estrellas, la ruta de luz laica que distorsiona en gran medida el viejo sendero que conducía al Belén cristiano donde cada Navidad nacía Jesús. Hoy es un plan de márketing, un reclamo comercial, la gran fiesta del invierno, con un viejo gordo vestido del color rojo/Coca Cola, que pasea por el cielo de diciembre a bordo de un trineo guiado por renos.

Tal vez este año se detenga en Vigo invitado por su alcalde y desde allí inicie la ruta de la España iluminada.