Luis Enrique, la política es así

OPINIÓN

Friedemann Vogel | EFE

09 dic 2022 . Actualizado a las 10:16 h.

Todo envejece a velocidad de vértigo. Venerado hasta hace solo tres penaltis, mañana nadie se acordará de Luis Enrique como seleccionador de España. El fútbol es así. Como la política. Que le pregunten a Albert Rivera. A Pablo Iglesias mejor no preguntarle, que a poco que se le da vela en un entierro se pone a insultar, él sí puede, y a dar lecciones tácticas. He aquí al ya exseleccionador de España con la mirada perdida en el verde que te quiero verde. Por esta imagen, tomada hace dos días durante el partido con Marruecos, han pasado dos años, o doscientos. Lo penúltimo que se supo de Luis Enrique es que, al llegar a la terminal T4 de Barajas, y ese nombre ya presagiaba algo, fue despedido con una palmadita por Luis Rubiales. Rubiales, el hombre que no hace honor ni a su apellido. Potencial lector de Manual de resistencia. Con una mano, una palmada, y con la otra, el finiquito. Para la afición, tiene coartada: la pelota no entró. El fútbol —y la política— es así.