Nostalgia de Arabia

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Al arqueólogo Thomas Edward Lawrence le pilla la Primera Guerra Mundial en Mesopotamia, donde, a las órdenes de Leonard Wooley, se dedicaba a tirar al Éufrates las piedras romanas de sus excavaciones, intentando llegar más atrás en el tiempo, hasta las ruinas asirias. Pero los ingleses lo llaman a filas y se presenta en El Cairo a los jefes militares, los cuales, dado su conocimiento de las lenguas árabes, lo asignan a la inteligencia militar. Lo que pasó después lo cuenta muy bien David Lean en una película rodada parcialmente en España y protagonizada por Peter O'Toole, que tanto se parecía al pintor coruñés Tim Behrens.

Lawrence se hace amigo del todavía príncipe Faisal, y se alegra del apoyo de los ingleses a su padre Hussein para la creación de un estado árabe libre. Pero los ingleses mentían, y Lawrence, al final de la guerra, abandona el tratado de Versalles, en el que participaba, con el rabo entre las piernas. Siendo coronel —un jovencísimo coronel—, se alista como mecánico en la fuerza aérea británica: un héroe se enrola de soldado.

Lawrence de Arabia escribió su versión de los hechos en Los siete pilares de la sabiduría, y murió en un accidente de moto.

Los árabes, desde entonces, dejaron las jaimas y las escopetas, encontraron petróleo, crearon líneas aéreas y compraron equipos de fútbol. Y ahora organizan campeonatos mundiales en medio del desierto. Un desierto en el que brillan las luces de los rascacielos. España, por su parte, perdió un partido contra Japón.