Cierra la puerta al salir

Susana Quintás CONSEJERA INDEPENDIENTE

OPINIÓN

MAXIM SHIPENKOV | EFE

26 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Pregunta: ¿has cerrado la puerta de tu casa antes de salir esta mañana? Pestañeamos, en nanosegundos pensamos y confirmamos: ¡claro que sí! Y ¿sabes si los puertos del rúter de internet de tu casa están abiertos o cerrados? La puerta de entrada de los malos a todo tu universo digital. Aquí ya nos pillan a todos. Con esta interesante pregunta arrancaba su ponencia Guillermo Llorente, director corporativo de seguridad de Mapfre en un encuentro en Esade. En realidad, pone de manifiesto la inconsciencia que tenemos ante los nuevos riesgos, personales y empresariales.

Ah, cómo hemos cambiado, que decía la canción de Presuntos Implicados. El mundo hoy es muy diferente, una pandemia y una guerra han puesto patas para arriba el entorno de riesgo en el que las empresas operan, acentuando el impacto de los nuevos riesgos no financieros. Repasemos:

1. El rey de reyes, el ciberriesgo, incluso más temido por los ejecutivos que la recesión económica. Sin embargo, únicamente cuatro de cada diez empresas consideran que tienen completamente protegidas sus áreas más críticas, según el Digital Trust Survey 2023 elaborado por PwC. Mucho por hacer.

2. El riesgo climático, es decir, el posible impacto derivado de las variaciones del clima con origen en el calentamiento global. CaixaBank ya le dedica una dirección de área en exclusiva. Las aseguradoras lo empiezan a notar, tan solo Filomena generó un gasto adicional de 300 millones y se espera una subida de los precios del aseguramiento de propiedades entre un 33 % y un 41 % de aquí al 2040.

3. El riesgo geopolítico, no es nuevo, pero sí ha cobrado una relevancia especial. Constituye una importante amenaza para las empresas internacionales, y si no que se lo digan a las más de 1.000 empresas de todos los sectores que han tenido que cerrar sus operaciones en Rusia o a los grupos chinos que —por orden del Gobierno de Canadá— han tenido que liquidar sus participaciones en empresas de minerales críticos. También es relevante para las empresas que operan solo localmente, por la deslocalización de las cadenas de aprovisionamiento y producción. China, Rusia y Corea del Norte dan para mucho.

4. El riesgo reputacional ha crecido mucho, impulsado por la inmediatez de las redes sociales. La reputación de una empresa es un intangible muy valioso que hay que cuidar y proteger. El caso más reciente ha sido la cancelación del acuerdo que unía a Adidas con Kanye West por sus declaraciones racistas y antisemitas. Han preferido perder 250 millones de dólares, el 20 % de sus beneficios, antes que dañar su reputación.

Cada uno de estos riesgos por sí solo puede causar impactos significativos, pero, además, están interconectados, por lo que su efecto puede resultar mucho más letal.

Tres son mis recomendaciones:

1. Incorporar los nuevos riesgos a los mecanismos de control y hacer un seguimiento adecuado.

2. Ponerse las pilas y revisar y adaptar las estrategias y modelos operativos a la velocidad de la luz.

3. Poner mucho foco en las personas y la cultura de la empresa, ya que los riesgos no financieros suelen ser transversales.

Y la mala noticia es que no todos los riesgos pueden mitigarse o evitarse por completo. Le toca al empresario pensar cómo evaluar y abordarlos en el futuro más inmediato. Llega el invierno, el real y el metafórico.