Virus respiratorio sincitial, un viejo enemigo de los pediatras

Diana López Coronas PEDIATRA CORSAÚDE, CENTRO MÉDICO

OPINIÓN

María Pedreda

23 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos viendo estos días un aumento importantísimo de una enfermedad respiratoria, la bronquiolitis, que tradicionalmente afecta a niños pequeños, de forma más severa a los lactantes de pocos días de vida hasta los dos años, y que todos los inviernos la teníamos muy presente en las consultas y urgencias pediátricas, hasta que la aparición del covid a principios del 2020 cambió la circulación de los clásicos virus invernales, como es el VRS, siglas de Virus Respiratorio Sincitial, y como es la gripe; de manera que prácticamente en dos inviernos consecutivos la circulación de estos virus ha sido muy baja, a excepción del invierno del 2021, en que se volvió a detectar presencia de VRS, pero no como está sucediendo este otoño: más del 50 % de los ingresos asociados a VRS han sido de niños de menos de tres meses de vida. Es una enfermedad que no tiene un tratamiento farmacológico para la propia infección, sino que se reduce a las medidas de soporte respiratorio, siendo necesario en ocasiones el ingreso hospitalario e incluso en uci pediátrica.

Algunos estudios han apuntado que el padecer una bronquiolitis puede favorecer que los niños puedan tener en un futuro más posibilidad de desarrollar asma o síntomas parecidos coincidiendo con infecciones respiratorias, pero es cierto que en otros estudios esto no se ha demostrado.

No hay vacuna en estos momentos para su prevención y solo está disponible un fármaco efectivo, anticuerpo monoclonal, llamado Palivizumab, pero con limitaciones de uso, ya que tiene indicaciones muy reducidas (niños prematuros, niños con ciertas patologías pulmonares y cardíacas) y además un elevado coste, junto con la necesidad de la administración de varias dosis mensuales durante los meses de invierno y de circulación del virus. Pero hay noticias esperanzadoras, ya que la Agencia Europea del Medicamento acaba de aprobar este año otro anticuerpo monoclonal, el Nirsevimab, que solo requiere una dosis única durante la temporada de VRS; esto abre la posibilidad de que se pueda proteger de manera eficiente a todos los niños.

El Hospital Clínico de Santiago, con el equipo que lidera el doctor Martinón, del servicio de Pediatría, está participando en los estudios para el desarrollo de vacunas efectivas para el VRS, no solo para la administración en niños sino también en embarazadas, de manera que los anticuerpos que fabrique la madre protejan al recién nacido o lactante pequeño, como sucede en la vacunación contra la tosferina y también en la vacunación de adultos, ya que este virus afecta también de forma significativa —pero probablemente infradiagnosticada— a ancianos vulnerables.

Hemos de aprender en estos casos de lo que ha sido la pandemia por covid, y la sociedad se olvida rápidamente de la necesidad de proteger a los más vulnerables de enfermedades infecciosas que parecen que no nos dan tregua: no acudir a guarderías o escuelas infantiles si el niño está enfermo, evitar su contacto con personas vulnerables a nivel familiar o social, vacunación de gripe en los niños de más de 6 meses y menos de 5 años, y en los convivientes de menos de 6 meses —aunque algunas familias son muy reticentes a la vacunación antigripal, pero la combinación gripe-VRS no es muy deseable—. Y, sobre todo, seguir asumiendo que aunque el covid no sea ahora el gran protagonista, otros virus o patógenos siguen ahí, y que la prevención sigue siendo el mejor tratamiento coste-efectivo para nuestros niños y para el conjunto de la sociedad.