Confirmado, el cambio climático es un bulo

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

23 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Menos mal que nunca nos creímos eso de que el cambio climático está acabando con el planeta. Ni lo de que gran parte de los males que padecemos se deben precisamente a las arremetidas que le damos al globo. Ni la Antártida se derrite, ni suben las temperaturas, ni crecen los mares, ni aumenta la sequía, ni hay más inundaciones. Eso del cambio climático es un bulo. Lo dice hasta Díaz Ayuso, que de esto sabe un montón, que lo considera una gran estafa que tiene detrás al comunismo.

Nos dijeron los agoreros que vivimos los años más cálidos de la historia, que el 2022 confirma que el cambio se intensifica a «velocidad catastrófica» y que la climatología extrema obligó a más de veinte millones de personas a abandonar sus hogares y sus países. Pero nada de eso debe ser cierto.

Porque si lo fuese, si todo esto fuese así, si la crisis climática afectase a nuestra salud llevándonos a la muerte como dicen, la Cumbre del Clima que se acaba de celebrar habría arrojado otros resultados. Y la ONU y los doscientos países participantes se habrían tomado en serio el peligro y logrado otros acuerdos, en vez de pasarse un par de semanas a cuerpo de rey en el balneario de Sharm el Sheij, de Egipto; por cierto, uno de los países con mayor pobreza hídrica.

Como todo lo arreglamos con dinero, los doscientos acordaron cambiar dólares por vidas humanas. Y para eso se creó un fondo de compensación con el que financiar a los países pobres afectados por los impactos climáticos causados por los más contaminantes y por la crisis del clima. Pero sin avances hacia la eliminación de los combustibles fósiles. Por la presión de los países petroleros y productores de gas, que han tenido un papel clave en este sentido.

Si hay una lectura positiva de la cumbre de Sharm el Sheij es que no retrocede respecto a la de Glasgow del 2021. Pero tampoco avanza. Quienes más calientan el planeta se niegan a poner remedio y a pagar por ello. Y no solo eso, las emisiones del petróleo y gas son tres veces superiores a lo que declaran sus productores, pese a ser las más nocivas junto a las de carbón y arrozales.

Y es que ya sabemos que a los poderosos no se les toca. China es actualmente el primer emisor mundial, con casi el 30 % del total planetario. Y junto a la India, Rusia y EE.UU. son los mayores emisores y los últimos en asumir compromisos. También los países petroleros del Golfo. La banca española financia con 30.000 millones a empresas de combustibles fósiles. Y las quince grandes empresas de carne y leche lanzan casi tanto metano como toda la UE. Y así seguirán tras la reunión, que deja un balance decepcionante, sin afrontar soluciones efectivas.

Entregamos la gestión de nuestras vidas a los grandes gurús del mundo mundial. Personas sumamente sabias y responsables. Y eso debe tranquilizarnos. Porque si ellos actúan como están actuando es que todo lo que nos cuentan sobre el cambio climático es un bulo. Así que sigamos así. Aún nos quedan unos añitos antes de que acabemos con el planeta.