¡Yo también tengo momentos de intimidad!

Cartas al director
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OPINIÓN

MIGUEL VILLAR

21 nov 2022 . Actualizado a las 21:46 h.

La fiebre de las nuevas tecnologías

Antes, si querías contactar con alguien, le escribías una carta o le llamabas al teléfono fijo. Ahora, y gracias a los smartphones y redes sociales, puedes mantener conversaciones las 24 horas del día, socializas con gente nueva constantemente, y, lo más alarmante: tu jefe o clientes se creen con el derecho de contactarte a horas intempestivas. Sí, es cierto que las nuevas tecnologías han supuesto muchas ventajas en la comunicación, pero ¿en qué momento acaba y empieza nuestra intimidad? Necesitamos una normativa que regule estos usos, porque a día de hoy, para muchas personas, el hecho de que no respondan rápidamente un mensaje puede ser motivo de ansiedad, y eso, no es sano. Elena Marín.

Propuesta de vídeo juego climático

Leo que se ha creado una simulación en la que el jugador es Jesucristo y vive en las condiciones del Israel del siglo I. Al margen de que uno sea más del Brian de los Monty Python, creo que se puede mejorar la propuesta. ¿Por qué no diseñar una simulación de cómo será la vida en la tierra en 2050, vistos los tristes (no más que limosnas de consolación al Tercer Mundo, pero nada de condonar su deuda externa) resultados de la COP27? El usuario podría entonces gozar de un escenario harto más pobre y peligroso que el de los evangelios. Para entonces, la temperatura habrá subido tres grados, nadarán más plásticos que peces en los océanos, se desplazarán grandes oleadas de refugiados, muchas ciudades serán tragadas por el mar, llamarán a nuestra puerta huracanes, inundaciones, etc. No soy un activista del clima, por desgracia, pero creo que los gamers lo disfrutarían, y parece probable que en 2050 los gamers, por su condición, serán los mejor adaptados al desastre. Óscar Sánchez.

Sentirme gobernada

 

Después de las escandaleras de las últimas semanas (los muertos en la frontera con Melilla, el pacto para eliminar el delito de sedición y el potencial cambio en el de malversación, los errores garrafales de la ley del «sí es sí», siento que me están gobernando unos políticos muy malos —malos, malísimos— profesionalmente hablando. No están preocupados por lo que les plantean los ciudadanos, y tampoco corrigen sus errores por graves que sean. Alucino. Marisa García. Lugo.