La oportunidad de las infraestructuras

Agustín Hernández Fernández de Rojas INGENIERO DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS. PRESIDENTE DEL CES GALICIA

OPINIÓN

CESAR QUIAN

06 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es sabido que existen múltiples factores que conducen a decidir un determinado emplazamiento empresarial. Contar con infraestructuras modernas, seguras y conectadas no es razón suficiente, ni el único motivo, para elegir la instalación en un determinado territorio. 

Sin embargo, la ausencia de las referidas infraestructuras se presenta, en innumerables ocasiones, como la razón determinante para desechar un determinado emplazamiento.

La posición periférica de Galicia, así como nuestro histórico déficit y retraso en el desarrollo de infraestructuras, ya sea viarias, ferroviarias o portuarias, se ha traducido en la pérdida de oportunidades de desarrollo empresarial que, de haber prosperado, habrían permitido generar riqueza, empleo y crecimiento.

En los últimos años del siglo pasado, se planteó la necesidad de garantizar el futuro portuario de la ciudad de A Coruña con la construcción de una instalación fuera del casco urbano de la ciudad, que tuviera capacidad de crecimiento, así como diseñada para acoger los tráficos marítimos existentes y futuros en condiciones seguras y competitivas.

Una instalación conectada por ferrocarril y con acceso rápido y seguro a los entornos industriales que le podían servir de apoyo. Así nació la idea del puerto exterior de punta Langosteira, que es hoy una realidad consolidada, gracias al impulso decisivo que significó su inclusión, hará el año que viene 20 años, en el plan Galicia.

Hace veinte años que iniciaba su andadura el puerto exterior de A Coruña, sin duda un reto para la ingeniería portuaria mundial, a la vez que se elevaban voces, más o menos visibilizadas, que cuestionaban la utilidad, oportunidad y justificación de aquella obra, que no dudaban en calificar de faraónica.

Con una simple visita a las actuales instalaciones de punta Langosteira se puede constatar que el tiempo coloca todo y a todos en su lugar, al contemplar la notable actividad empresarial y portuaria que ya a día de hoy se desarrolla en las mismas.

Es en el referido contexto, en el que hemos conocido que la segunda mayor naviera del mundo, Maersk, elige el potencial eólico de Galicia para fabricar metanol verde. La referida compañía ha decidido implantar en España uno de sus grandes centros de producción y abastecimiento de combustible renovable para su flota.

Un proyecto de futuro, alineado con los objetivos de desarrollo sostenible que, de ubicarse en Langosteira, significará la consolidación definitiva del puerto exterior de A Coruña, situando a Galicia en vanguardia del transporte marítimo mundial, gracias a nuestro potencial en energía verde y también, y es importante que lo resaltemos, a la disponibilidad de las infraestructuras adecuadas.