El espejismo del metaverso: malos tiempos para los gigantes de internet.

OPINIÓN

DADO RUVIC | REUTERS

07 nov 2022 . Actualizado a las 09:10 h.

Un delirante Hitler, enfermo de Parkinson, mueve ejércitos de mentira sobre el mapa de Alemania, sueña despierto con un contraataque imposible y niega la realidad: el Tercer Reich ha sido derrotado.

La escena es memorable. Pertenece a la película El hundimiento. Deberían de ponérsela estos días a Mark Zuckerberg, el dueño de Facebook, Instagram y WhatsApp. Su imperio se tambalea. Los resultados financieros de Meta del anterior trimestre son malos, muy malos. La compañía está en crisis. ¿Y qué hace su líder? Fiarlo todo a un futuro virtual aún muy lejano, el cacareado metaverso, y gastar cantidades ingentes de dinero ahí que tardarán mucho tiempo en poderse rentabilizar.

El metaverso, como aquellos ejércitos de la película de Oliver Hirschbiegel, no existe en nuestra realidad actual. Lo hará algún día, pero tal vez no se llame así y, seguramente, no tendrá a Zuckerberg como jefe. Él ya triunfó con su red. Y ahora corren malos tiempos para los actuales gigantes de internet. Parecían imparables en la pandemia, pero no pasan por su mejor momento. ¿Se imaginan un mundo sin ellos?

En la era de Tik Tok, Twitter se tambalea en las manos de Elon Musk (antes de comprarla, jugó con ella), las ventas de anuncios de YouTube han bajado, y Alphabet (la matriz de Google) ha tenido su resultado más discreto desde el 2013. Supieron navegar a favor de viento, ¿lograrán ahora hacerlo con un escenario económico internacional más desfavorable y con tipos de interés del dinero más altos?