Las pruebas de detección temprana de múltiples tipos de cáncer han permitido encontrar tumores en personas que ni siquiera sospechaban que estuviesen enfermas (La Voz, 14-9). La prueba es un tipo de biopsia líquida que sirve para distinguir el ADN de las células tumorales que circulan por la sangre del ADN de las células normales, e incluso puede dar pistas para localizar el tumor. La prueba, de momento, no es del todo fiable. Da falsos positivos y falsos negativos. Indudablemente, la genética tiene un peso importante en la detección de enfermedades como el cáncer. Pero los investigadores dan cada vez más importancia a factores ambientales como la contaminación, el humo del tabaco, el amianto o la comida poco saludable (Muy Interesante, nº 495, agosto 2022).
El nuevo planteamiento explica que el origen del cáncer estaría basado en tres factores interrelacionados. En primer lugar, el genoma, por la información genética que puede aportar. En segundo lugar el exporoma, que son todos los agentes a los que nos exponemos durante nuestra vida, ya sean perjudiciales o beneficiosos. Por último, la metaboloma, constituida por las sustancias que resultan del proceso del metabolismo (conjunto de cambios químicos y biológicos que se producen en las células).