Cáncer de mama: queda mucho por hacer
OPINIÓN
Hoy se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Mama, una enfermedad en la que se han conseguido importantes avances en la detección precoz y en la investigación gracias al compromiso y concienciación fruto de la movilización social vivida en los años noventa. Esto ha hecho posible que, actualmente, el 85% de las mujeres con cáncer de mama sigan vivas cinco años después de recibir el diagnóstico. Se trata de un dato positivo y esperanzador, pero no podemos caer en la autocomplacencia por lo logrado. Debemos continuar trabajando para avanzar, porque todavía queda mucho por hacer.
Todos deberíamos ser iguales frente al cáncer, pero no es así. Miles de mujeres siguen sufriendo desigualdades en el acceso a los beneficios de la investigación y en los ámbitos psicológico y social. Solo en la provincia de A Coruña, el año pasado se diagnosticaron 928 nuevos casos de cáncer de mama, lo que lo convierte en el tercero más habitual, solo por detrás del de colon y el de próstata.
Desde la Asociación Española Contra el Cáncer creemos que es necesario, en primer lugar, incrementar la investigación en cáncer de mama metastásico, que suelen presentar ciertas problemáticas a mayores. Por otro lado, esta enfermedad causa importantes dificultades sociales y emocionales. El 70 % de las mujeres diagnosticadas han visto cómo se reducían sus salarios o ingresos, el 34 % han perdido su trabajo y el 15 % se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad. Además, el cáncer de mama provoca un gran impacto psicológico en la mitad de las afectadas, con problemas que se asocian, sobre todo, a la identidad femenina, la imagen corporal, la autoestima, la sexualidad y la maternidad.
Frente a estas desigualdades, la Asociación Española Contra el Cáncer trabaja cada día para ayudar a las pacientes y a sus familias. En la provincia coruñesa, en el 2021 se entregaron trece ayudas a la investigación por valor de casi un millón de euros, de los que 288.000 se destinaron a proyectos relacionados con el cáncer de mama. Además, a lo largo del año pasado atendimos a 1.125 mujeres, un 18 % de las cuales necesitaron la atención de nuestro servicio de trabajo social.
El movimiento de los años noventa, que tomó el rosa como color simbólico, impulsó mejoras de gran calado, pero con el paso del tiempo ha ido perdiendo su esencia. Es hora de que reconectemos con él, no solamente el 19 de octubre, sino todos los días del año. Con el esfuerzo de todos, debemos recordar a la sociedad que el rosa es más que un color, y que hay mujeres que nos necesitan más que nunca.