
No saltó la sorpresa en Las Gaunas (el mítico campo del Logroñés para los no futboleros). Y abuchearon a Pedro Sánchez en los actos celebrados en Madrid por el 12 de octubre. ¿Lo ocurrido fue noticia? Sí. ¿Motivo para cierto alboroto en redes sociales? También. ¿Algo extraordinario? Va a ser que no. En su día José Luis Rodríguez Zapatero los consideró «parte del rito».
Pasa todos los años. Ya es tradición y posiblemente habría que organizar el desfile pensando en darle un poco de protagonismo a los ejecutantes de ese programa de «música de viento» habitual. ¿Cómo? Tal vez copiando al fútbol y creando una grada de desanimación en la que la gente pudiera explayarse a gusto y volver tranquila a casa tras exhibir pancartas ingeniosas, soltar unos cuantos improperios y peticiones de dimisión. Convertiríamos una retransmisión anodina e institucional en un directo televisivo con mucho más interés.
Para redondear la jugada, se le podría reservar un sitio cercano a Isabel Díaz Ayuso, para que la presidenta de la Comunidad de Madrid pueda repetir su jugada del miércoles: acercarse más fácilmente a saludarlos, felicitarlos y, de alguna manera, legitimarlos igual que hacen ciertos jugadores con los ultras de su equipo o como Donald Trump hace con esos supremacistas blancos llamados Proud Boys.