«As imaxes de estes días parecen arrincadas dalgún conto infantil, pero son reais»

OPINIÓN

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21 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un conto doutro tempo

Levan días apertándonos con imaxes que parecen arrincadas dalgún conto infantil. De calquera daqueles contos que aínda hoxe se poden atopar nalgunhas librarías. Mais contos. Nada máis que contos. Agora ben, as imaxes das que falo son reais. Son e pertencen a este tempo presente. Por moito que este que escribe se queira desculpar a si mesmo coa idea de que se trata dalgún conto infantil que toca recuperar. Aínda que recuperar non sexa, talvez, a palabra axeitada. Tendo en conta o pouco que aparentemente levamos avanzado ao longo de todo este camiñar. Pois a maxestuosidade dos palacios cos seus respectivos habitantes segue lucindo e gozando de luxos e privilexios que, e por isto si que non pido desculpas, provocan, ofenden e insultan. Manuel I. Nanín. O Carballiño.

La carrera tecnológica

Además de la carrera de armamentos mundial, se está produciendo otra en el mundo de la tecnología. Está relacionada con la fabricación de chips y el conflicto entre China y Taiwán. Para las tres economías más importantes del mundo, Estados Unidos, China y la Unión Europea, esta fabricación es muy importante tanto para el presente como para el futuro, y todo pasa por la pequeña isla de Taiwán, al ser el mayor centro de producción de estos componentes. Por ello, a finales del pasado mes de julio el Congreso norteamericano aprobó la ley Chips y Ciencia, que otorga 52.000 millones de dólares en subsidios e incentivos a fin de dar impulso a la fabricación de microchips, esenciales para teléfonos, aviones, fábricas, aviones de combate, misiles de crucero e inteligencia artificial. Es la otra carrera, que de momento la están ganado los estadounidenses, al incentivar el traslado de fabricas taiwanesas a su territorio, dificultando aún más a la China continental el ansiado botín tecnológico. A ello se ha unido la primera gran venta de armas norteamericanas a Taiwán para defenderse de la presunta agresión de China.

Por su parte, la Unión Europea, en el 2013 se propuso duplicar la producción de estos materiales para el 2020, sin conseguir el objetivo. Quien gane esta carrera tecnológica, junto a la de armamentos, dominará y tendrá el control del planeta en el presente siglo. Las bases norteamericanas y soviéticas del pasado siglo XX están siendo sustituidas por tecnologías que no precisan del factor humano para el control del territorio. Mientras, en Europa nos estamos quedando atrás en el futuro, al tener un tren tecnológico del siglo pasado. Pedro Marín Usón. Zaragoza.

Los grandes olvidados de la tecnología

Banca online, Bizum, pagos telefónicos y gestiones a través de webs. Todo esto está más que integrado en nuestro día a día, no obstante, es algo que a miles de personas mayores de nuestro país les complica la vida. ¿Cómo realizas una transferencia online mediante un móvil que ni siquiera cuenta con acceso a internet? La respuesta es clara, no puedes. Los ancianos se ven enormemente afectados por una gran brecha digital que les excluye de actividades rutinarias como sacar dinero. Los avances tecnológicos son muy beneficiosos y útiles, sin embargo no podemos dejar atrás a aquellos que, por su edad o por no disponer de recursos, no pueden verse beneficiados por ellos. Tenemos que dar a nuestros mayores el hueco que merecen y ofrecer los medios necesarios para cubrir su situación. Andrea Muñoz. Bilbao.

Resistir al chantaje

Resistir al chantaje, oponerse a la brutalidad del régimen de Putin, fortalecer la democracia y abandonar el catastrofismo con medidas realistas pueden contrarrestar la estrategia de este déspota. Ucrania no solo no cede, sino que resiste e incluso avanza, como sucede en Jarkov, pese al desequilibrio de fuerzas. ¿Haremos lo mismo los ciudadanos europeos? Domingo Martínez Madrid. Baños de Valdearados (Burgos).

Chile dijo no

La sociedad chilena ha dicho no a la Constitución sometida a plebiscito el pasado 4 de septiembre. Votantes de derecha, liberales, democristianos y socialdemócratas, ciudadanos sin adscripción partidista y votantes de listas independientes han decidido que la sociedad merece una Constitución nueva, pero no a cualquier precio.

Hace dos años, el 80 por ciento de los chilenos votaron a favor de la reforma constitucional. El no de ahora, lejos de representar a los nostálgicos de la dictadura, ha sido la respuesta de una sociedad que rechaza la confrontación social, la ideologización de la carta magna y su identificación con el Gobierno, la plurinacionalidad, la desaparición del Senado o la indefinición jurídica con respecto a la protección y garantía de derechos fundamentales básicos. Jesús Martínez. Olot (Gerona).