Sentido y sensibilidad

Ramón Pernas
ramón pernas NORDÉS

OPINIÓN

Eduardo Briones | EUROPAPRESS

04 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

También llamado Sensatez y sentimientos, que de ambas maneras se tradujo al español la obra de Jane Austen, de cuyo titulo me apropio para encabezar este artículo. 

Sentido para entender la deriva política de este país que camina hacia una heterodoxia muy difícil de explicar, por ejemplo, a un alemán, que poco entendería de la gestión política de este Gobierno y de sus, llamémosle así de forma venial, extravagantes alianzas.

Sin contarle al ciudadano alemán que el Ejecutivo de mayoría socialista, en coalición con la formación populista Unidas Podemos, utiliza en su día a día gubernamental el decreto ley como fórmula, menospreciando en gran medida las tareas encomendadas al Parlamento.

El Gobierno Sánchez es un Gobierno polivalente, que va tapando agujeros legales merced a las alianzas con grupos de dudosa constitucionalidad.

La oposición, en su posibilismo, no contribuye a realizar una política de mínimos que reclama la ciudadanía en temas paralizados, como la renovación del poder judicial, que exige una urgencia sin demoras.

Y si éramos pocos, las discrepancias en el Consejo de Ministros son clamorosas, y no me refiero únicamente a los disensos en materia armamentística, a la posición española en la colaboración, siguiendo directrices europeas, acerca del conflicto de Ucrania, sino a las grandes diferencias en los planteamientos sociales y económicos con una vicepresidenta del Gobierno Sánchez, de obediencia comunista, Yolanda Díaz. De aprendizaje familiar en el sindicalismo de clase, que desde y con el aparato del Gobierno está montando Sumar, un frente de pequeñas formaciones a la izquierda de Podemos, partido al que todavía pertenece.

Cosas veredes, amigo Sancho, y que yo no acierto a explicarle señor Schmitt, mi alemán de referencia.

Como tampoco sé cómo encajar el argumentario que todas las mañanas reciben los miembros del gabinete, con un catálogo de insultos aplicables, todos a una, al líder de la oposición, el señor Feijoo, que a su vez parece incapaz de responder eficazmente a las tropelías del Gobierno. En el discurso cotidiano del líder popular prima un buenismo de vocación centrista como de tibia social democracia de derechas.

Y una vez finalizada la pax augusta, la tregua veraniega, nos amenaza un duro otoño de sacrificios y crujir de dientes que nadie desea, mientras seguimos demandando con escaso éxito el sentido y la sensibilidad a la que apelamos desde el encabezamiento de este artículo.