La innovación, clave en el cambio de paradigma de la esclerosis múltiple

José María Prieto JEFE DE SERVICIO DE NEUROLOGÍA DEL COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE SANTIAGO (CHUS)

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

25 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En España, cerca de 55.000 personas viven con esclerosis múltiple (EM). Probablemente, si situamos las historias de su vida delante de un espejo serán totalmente heterogéneas, porque no existe una única EM. Por ello, es conocida como «la enfermedad de las mil caras», ya que puede debutar con síntomas diferentes y evolucionar de formas distintas en función de su patología. Su frecuencia está aumentando hasta el punto de que cada año se diagnostican en España 1.800 nuevos casos.

Las lesiones que se producen en el cerebro son consecuencia de un proceso autoinmune que se pone en marcha cuando el sistema inmunológico no identifica como propios los componentes de la mielina y trata de destruirlos. Dependiendo de dónde se produzca esa agresión, los síntomas pueden ir desde la pérdida unilateral de la agudeza visual hasta mareos, trastornos sensitivos o pérdida de fuerza, todos ellos de una duración variable de días o incluso semanas o meses.

Si bien aún se desconoce el origen exacto de la esclerosis múltiple, recientemente se ha demostrado la relación entre la infección por el virus de Epstein-Barr y la mayor probabilidad de padecer la enfermedad, aunque son necesarios otros factores coadyuvantes genéticos y/o medioambientales que intervendrían en su desarrollo, que podrían explicar además su mayor prevalencia en zonas industrializadas.

La EM, que afecta en mayor medida a mujeres entre los 20 y 30 años, se encuentra en el foco de toda la red sanitaria, que trabaja para ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes. Pese a que la incidencia de enfermedades con características similares a la EM y de esta en particular ha aumentado, el pronóstico de la patología no es el mismo que treinta años atrás. Gracias a la innovación, hemos ganado entre 10 y 15 años funcionales a la enfermedad, tal y como se ha destacado durante el encuentro EM Conexión Norte, organizado por Biogen con el objetivo de debatir sobre los retos y avances actuales en torno a la EM.

Si echamos la vista atrás, hace 15 años en las consultas de neurología había un gran número de pacientes con EM en silla de ruedas. En la actualidad esto ha cambiado radicalmente y una gran parte de los enfermos que acuden a las consultas realizan una vida normal. Incluso, muchos de ellos tienen prisa por irse a trabajar. La EM ya no es sinónimo de discapacidad. La esclerosis múltiple ha cambiado de rumbo y ello se debe también a su abordaje temprano. Estamos logrando su cronificación, un avance significativo que ha permitido pasar de pronósticos poco alentadores a poder controlar la respuesta inflamatoria, la aparición de brotes y algunos aspectos neurodegenerativos.

Involucrar al paciente, hacerlo partícipe y tener en cuenta sus necesidades en función de su etapa vital es fundamental en la evolución de la patología. Hablamos de retos que permitirán continuar cambiando el paradigma de la EM, y en donde establecer una buena relación médico-paciente facilita el alcance de mejores resultados.