La OMS recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo de los recién nacidos hasta los 6 meses de edad y que hasta los dos años se alimenten con una combinación de la misma, con alimentos adecuados y nutritivos para su edad. Pese a ello, algunas madres en proceso de divorcio con hijos de 4, 5 o 6 años, por raro que les parezca, se niegan a una custodia compartida o a fines de semanas alternos con pernocta aludiendo que su retoño, que ya tendría edad para empezar a leer a los clásicos, no se duerme sin la toma nocturna. De nada sirven los argumentos del padre respecto a semejante despropósito. Las leches de farmacia no son lo mismo, dice la madre mientras le prepara una costilleta a ese niño que supuestamente solo puede alimentarse de la leche generada por su madre.
Tanto puede ser el odio entre una ex pareja que las disculpas para lanzar un torpedo a la línea de flotación del otro pueden llegar a límites insospechados. Lo malo es que ante semejante despropósito hay jueces, los menos pero haberlos haylos, que dicen que absurdos los justos aunque les conceden, pongamos por caso, seis meses para que el bebé a punto de hacer la EBAU se destete del todo. Que difíciles resultan algunos divorcios por las mentes calenturientas de algunos progenitores.