No hay nada más perdurable que lo que creemos provisional. A ver quién no colocó en su casa algún cuadro de forma provisional y ahí lleva años, sin que nadie lo cambie. Y esto hay que aplicarlo al plan de gestión energética aprobado por el Gobierno para hacer frente a lo que se nos viene encima. Se establece provisionalmente hasta noviembre del próximo año pero, como todo lo transitorio, está llamado a perpetuarse. Esto no es más que el principio.
Porque lo del ahorro energético no lo ha ideado Pedro Sánchez como una ocurrencia de las suyas en connivencia con esos ecologistas que queman los montes. Forma parte de la postura europea para rebajar la dependencia energética rusa. Y hace ya semanas que países como Francia, Italia, Alemania o Gran Bretaña se han puesto a trabajar en lo que llaman «lógica de la sobriedad». Limitando temperaturas en interiores, reduciendo el aire acondicionado, cerrando monumentos, apagando luces, carteles luminosos y escaparates; cortando agua caliente en edificios públicos e incluso apagando los semáforos.
Es lo que ahora se nos pide a los españoles. Además de que nos descorbatemos, que no deja de ser una nimiedad ante tan grave problema, pero que sirve para tener entretenido a medio país. Porque lo que subyace en el fondo, y parece como si no quisiéramos verlo, es que vivimos en tiempos de guerra, con la certeza de que se prolongarán y la incertidumbre de saber si todo puede ir a peor. De momento, según la ministra Teresa Ribera, «la situación es crítica».
Lo que se nos reclama es que modifiquemos nuestro comportamiento energético. Que, reconozcámoslo, está marcado por un despilfarro innecesario. Que cambiemos nuestros hábitos de consumo y que seamos conscientes que tenemos que exigirnos sacrificios. Y que dentro de unos meses, estas medidas irán a más.
Por eso llama la atención la oposición desatada a acatar las normas. De tertulianos a comerciantes y de autónomos a empresas textiles, naturalmente, con Díaz Ayuso al frente, se han mostrado en contra. Son tan romos que creen que se lo ha sacado Pedro Sánchez de la manga anteayer por la mañana. Y por eso se oponen. No viven en la realidad. Desconocen que somos europeos. Y lo que es peor, que estamos en guerra.