La soledad de los mayores

Alberto Domínguez Crispín DELEGADO DE CLECE EN GALICIA

OPINIÓN

EUROPA PRESS | EUROPAPRESS

29 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La población gallega tiene una esperanza de vida envidiable que, sumada a la tasa de natalidad más baja desde 1987, hacen que esta tierra se enfrente a una crisis de cuidados derivada de la transformación de la estructura familiar.

Más de 126.000 gallegos mayores de 65 años viven solos. Esta realidad pone de manifiesto los riesgos de la soledad no deseada, un factor que lleva al deterioro de la salud de las personas mayores y a su entrada en situaciones de dependencia. Sabiendo esto, resulta evidente la necesidad de atención a este colectivo al que debemos dar una respuesta social y, mediante la colaboración público-privada, brindarles un sistema de cuidados eficiente.

Según el informe El futuro de los cuidados, elaborado por Sondea para Clece, a casi la mitad de la población gallega le gustaría vivir en su propia casa cuando sea mayor, lo que obliga a potenciar servicios como la ayuda a domicilio o la teleasistencia. El objetivo sería mitigar la soledad y favorecer que las personas mayores puedan permanecer en su domicilio respetando su dignidad e independencia. Pero ¿qué ocurre cuando requieren de unas necesidades que no pueden ser atendidas en sus hogares? Es entonces cuando se torna fundamental garantizar la existencia de otras opciones como los alojamientos compartidos o los nuevos modelos de residencia organizados por unidades de convivencia, en grupos reducidos de personas afines. Estas fórmulas son las que se deben potenciar, y no las de los centros masivos, si lo que de verdad se quiere es acercar la oferta asistencial a la demanda real.

Los servicios de cuidados desempeñan _y desempeñarán_ un papel fundamental para optimizar la calidad de vida de los mayores y paliar los efectos de la soledad no deseada. Es necesario que Administración, sector privado y el conjunto de la sociedad trabajen para afrontar el reto de dar una atención de calidad y preventiva que actúe antes de que el fenómeno se cronifique. La sociedad ya ha cambiado, las fórmulas asistenciales del pasado no funcionan. Debemos reformar el modelo de cuidados, incapaz de dar respuesta a una población cada vez más envejecida y sola, y debemos hacerlo ya.