En defensa de los ídolos caídos

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

Shakira, en mayo en el festival de Cannes
Shakira, en mayo en el festival de Cannes GUILLAUME HORCAJUELO | EFE

29 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Leo Messi fue juzgado por un millonario fraude fiscal, una turba fue a aplaudirle a la salida del juzgado. Cuando un futbolista del Betis se vio envuelto en un caso de maltrato, gran parte del público sevillano lo arropaba.

Ahora que Shakira será procesada por un pequeño problema con el «intransigente» fisco español (14,5 milloncejos supuestamente defraudados), en las redes muchos fans proclaman su inocencia y lanzan sus dardos contra la malvada Hacienda pública. ¿Razones? Ninguna. Si acaso su número uno reciente en YouTube y ese formidable culebrón que mantiene con Gerard Piqué desde su separación. ¿Es la popularidad un factor de expiación de todo tipo de pecados? ¿Y la filiación política o ideológica?

Pedro Sánchez se ha quedado a un tris de proponer la beatificación de Chaves y Griñán, condenados por el monumental escándalo de los ERE andaluces. «Están pagando justos por pecadores», dijo el líder socialista para disipar cualquier duda que nos hubiera quedado: en la corrupción, los delitos y los asuntos turbios no importan los hechos, sino la camiseta, los colores que visten sus protagonistas. Nos hemos quedado anclados en un bucle temporal. No salimos de 1990. Y las televisiones podrían exhibir cada día la monumental Uno de los nuestros, de Martin Scorsese: siempre estaría de rabiosa actualidad.