Llevan una semana echándole paladas de tierra y tinta encima. Los resultados en las elecciones andaluzas parecen el entierro de Sánchez. Los más moderados cantan aquello de «el principio del fin». A Sánchez lo están enterrando hasta sus socios de gobierno. No hay partido que no haga sangre con el inquilino de la Moncloa. Hasta en Ferraz se oyeron críticas. Creo que estamos perdiendo la perspectiva del personaje. Estamos ante el autor de Manual de resistencia. Sánchez es pegajoso, es el chicle que se te pega al zapato. No lo den por muerto. Ni en su partido ni en los otros. Feijoo haría muy mal si se pone ya a repartir ministerios.
Si hay alguien capaz de revertir esta situación ese es Pedro Sánchez. Que se lo digan a Susana Díaz. O a todos los barones históricos de su partido que lo pusieron de patitas en la calle en Ferraz en una ocasión. Sánchez es un zombi muy vivo. La rotunda victoria de Juanma Moreno es una señal, pero para Sánchez puede ser un revulsivo. Nada como verse fuera del poder, para reaccionar. La salida de la tumba que le están cavando la tiene más complicada que nunca. Pero, aparte de la desaparición de Ciudadanos que juega en su contra y a favor del PP, Sánchez está sufriendo sobre todo por las puñaladas de la economía. No es otra cosa. Y la justificación de que la culpa la tiene Putin y la guerra en Ucrania ya no le cuela a las familias. Es el relato lo que ha perdido Sánchez. El relato en política es la iniciativa. La capacidad de seducción, de enamorar a tu electorado, al que necesita volver a movilizar. Y ese electorado, aunque sea afín a ti, se dejará morir en las generales frente al centroderecha que volverá a acudir casi unificado en la papeleta de Feijoo ante la desaparición de Ciudadanos si sigue sufriendo las cornadas de la economía.
No sirve de nada topar el gas o como se diga. No sirve de nada aplicar descuentos en las gasolineras si la gasolina se pone por encima de los dos euros y las familias, los trabajadores, no notamos nada. Sánchez tiene casi todo en contra, pero sus rivales harían muy mal en enterrarlo. Que el palo de las andaluzas se lo haya llevado a casi año y medio de las generales le da tiempo de sobra para convertir el funeral en una reacción masiva para intentar sacar este país del pozo económico en el que se está metiendo. No apunte más a Rusia.
Sánchez está a tiempo si se toma en serio que las heridas que le están aplicando por izquierda y derecha son de pronóstico reservado. O se pone las pilas o no habrá ni partido contra Feijoo. Andalucía puede ser su responso o su toque de atención para que las medidas calen en la población. ¿De dónde va a sacar el dinero y qué le dirá Bruselas? Pero necesita políticas reales y socios menos traicioneros. Necesita volver a movilizar la inmensa capacidad del PSOE y no dejar que ni un votante de centroizquierda se fugue al PP. Y necesita que Yolanda Díaz consiga ir por tu izquierda con un solo partido, no con varios como sucedió en Andalucía. De ahí el Consejo de Ministros extraordinario de ayer. No lo den por muerto tan pronto. A pesar del meme que circula por las redes con el cartel de Despeñapedros como resumen de lo sucedido en el sur.