«A todas esas familias que no se despiden de los profesores...»

Cartas al director
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OPINIÓN

CHOU PESQUEIRA | EUROPAPRESS

26 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Dar las gracias no cuesta nada y motiva

Soy profesora de educación primaria, siempre tuve vocación y me encanta trabajar con niños. Lo que me parece surrealista es que durante dos cursos escolares (dos años) veas a familias a la salida del colegio, cuando les entregas a sus hijos, hablas con ellas a menudo, contestas a los abalares a deshora (porque muchas escriben cuando les parece), no solo enseñas contenidos curriculares sino que procuras trabajar la empatía, el establecer límites, fortalecer su autoestima y hacer que vengan felices a clase; terminan las clases y esas familias ni se despiden de ti, ni te dan las gracias y hasta te dicen al día siguiente de acabar «ah perdona, no te conocía».

Lo que me ocurrió a mi este año y en la anterior promoción es muy habitual. Nos tratan peor que a cualquier otra profesión, cuando nosotros lo único que buscamos es que sus hijos sean felices aprendiendo. A todas esas familias que ni se despiden, deciros que es un síntoma más de cómo está la sociedad. Lucía Vázquez. A Coruña.

Involución

En plena revolución digital, un anacronismo recorre el mundo: la involución ultraconservadora y su corolario. Porque anacrónica es la homofobia; porque anacrónico es el racismo y la xenofobia; porque anacrónica es la desigualdad y la lacerante acumulación de la riqueza en unos pocos; porque anacrónico es que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos tumbe el derecho al aborto —repito, derecho: no obligaba, amparaba—; porque anacrónico es cuestionar el inalienable derecho a la libertad de decidir sobre nuestro propio cuerpo, sin ataduras religiosas, morales o político-utilitaristas; porque anacrónica es la violencia machista; porque anacrónica es la guerra, la pobreza y el hambre. En la era del dios big-data, mucho algoritmo, mucha fotito, mucho like... pero escasa, muy poca humanidad. Francisco Javier Santos. Porto do Son.

Hacienda somos todos

Señora ministra de Hacienda: soy una persona de 73 años que me veo en la obligación de hacer la declaración de la renta todos los años y religiosamente cumplo con mi obligación, como la mayoría de los ciudadanos de este país. Hace unos días recibí una carta de Hacienda reclamándome 500 euros del año 2018 que su departamento me había abonado en la declaración de ese año por cónyuge a cargo con discapacidad, además de la sanción correspondiente por ser un defraudador. Usted es la defraudadora, para mí y para miles de personas que le hemos dado nuestro voto en su momento para ocupar el cargo que actualmente ocupa. Defraudadora por no vigilar que las personas que tiene a su cargo hagan bien su trabajo y que estos borradores sean verificados en cada uno de sus datos. Julio Bustelo.

La carrera de los padres

No es cuestión de quitar protagonismo a los actores principales, pero hay unos secundarios, los padres, que también tuvieron su guion en esta película de los exámenes de acceso a la universidad. Participamos unas veces con disertaciones razonadas de pros y contras, otras con discursos emotivos, intentando animar en momentos de bajón o con presencia silenciosa, para demostrar que estábamos ahí si se nos necesitaba. Nosotros no nos examinábamos en cuerpo pero sí en alma. Beatriz Vidal. Teo.