Precisamos humor, mucho humor

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Alberto López

18 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que estamos atareados en promover hasta la extenuación Galicia como destino turístico, podríamos incorporar como atracción única en el mundo, además de la Rapa das Bestas, el derrumbe de viaductos de la autovía A-6 entre Galicia y León. Llevamos uno a la semana y eso, si se programan bien las visitas, puede tener un tirón muy superior al del propio Camino de Santiago, en cuya promoción nos gastamos lo que no tenemos. Esta nos sale gratis y, además, no existe otro lugar en el globo terráqueo que pueda presentar un atractivo de tal interés.

Lo de los derrumbes del viaducto de O Castro merece una promoción a nivel planetario. Con el patrocinio del Ministerio de Transportes y el eslogan «No creerá lo que ven sus ojos». Habrá, eso sí, que disponer de una amplia zona para comodidad de los visitantes, que llegarían por cientos, y unos guías expertos en el relato de obras públicas catastróficas que relacionaran lo de la A-6 con el derrumbe de Polcevera, en Génova.

La exposición habrá de contener una amplia referencia histórica que recuerde que esta es la comunicación de la Galicia del norte con la Meseta, desde los tiempos de los romanos que construyeron la calzada para llegar de Astorga a A Coruña. Y habrá que explicar a los visitantes que, construido en la segunda mitad de los años 90 —es decir, hace poco más de veinte años—, fue el trazado de autovía más caro y complejo de la red española, al llevarse 11,3 millones de euros por kilómetro.

Y aspectos muy positivos. Lo que puede ser uno de nuestros mayores atractivos para el turismo se convirtió en la joya de la corona de la ingeniería española y en una demostración de la capacidad inversora del Estado. Los puentes fueron galardonados, al recibir, en el 2003 y junto con los otros 41 que integran el trazado de montaña entre Becerreá y Villafranca, el Premio Internacional Puente de Alcántara.

De aprovechar los promotores turísticos esta idea, expuesta naturalmente sin pretensiones económicas; e incluir los derrumbes de O Castro en nuestro catálogo de atractivos turísticos, además de ingenio y creatividad, los gallegos le mostraríamos al mundo nuestro sentido del humor. Mucho humor. Que es el que precisamos cada mañana para enfrentarnos a la vida.