La minería negada

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

LOLITA VÁZQUEZ

10 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el 2002, con el cierre o paralización de la gran minería metálica que aún se mantenía —la del cobre, plomo, zinc y mercurio—, desaparecidas antes las del estaño y wolframio, la producción minera sufrió un progresivo retroceso. Vendría luego la paralización o agotamiento del lignito pardo, y la reactivación de la minería en la faja pirítica ibérica, que comprende parte del sur de Portugal y España, desde Beja y Setúbal a Huelva y Sevilla. La faixa piritosa ibérica albergó las mayores reservas de metales no férricos del mundo, donde además de la pirita se encontraban la blenda, la casiterita o la galena.

El ciclo minero en España se cierra con la minería del carbón, ya en el 2018. Un prolongado y duro proceso para quienes lo vivieron y también para la economía del país, en una larga transición ecológica aún lejana. Recordemos hoy Alemania. Todo ello bien contado en Hijos del Carbón por Noemí Sabugal. Un tiempo y un país.

En Galicia, los principales productos mineros actuales son las rocas ornamentales, que suponen el 39 % de la producción minera española, productos de cantera y los minerales metálicos. Por más que el Instituto Galego de Estatística referencie que en el año 2013 no se extrajo ni una tonelada en la minería de metales. Con un valor de la producción total minera de Galicia que, en quince años (2005-2020), se ha reducido a la mitad. Suponiendo aún con esa reducción el 8 % del valor total de la producción minera de España. Valor aportado por la extracción de caolín, cuarzo, pizarra, granito y estaño-tántalo.

Sin embargo, y a pesar de la épica y la incidencia en la economía de las explotaciones de wolframio, la sociedad gallega desconoce y desconfía de la minería, al menos de la de metales. A ello también contribuye que la Xunta suele denegar las concesiones, como ha sucedido con dos solicitudes para explotaciones de oro y cobre, en un enredo normativo de difícil comprensión que, a pesar de recuperaciones como Meirama, As Pontes o Touro, abunda en la desconfianza y genera un clima hostil. Sorprende por ello agradablemente la autorización de la Xunta a la mina de A Penouta (Viana do Bolo), única de coltán que hay en Europa, que podría producir unas setecientas toneladas de concentrado mineral de estaño, tantalio y niobio, un 4 % de la producción mundial de coltán. En una zona minera desde Pontevedra a Ourense, descrita en los años 20 como criaderos de estaño y tungsteno: del oeste (Carbia y Silleda, de Lalín y Forcarei, Avión y Beariz); central (criaderos de Ribadavia, Arnoia, A Penouta, Calvos de Radín y Baltasar, Porqueira); del este (criaderos de Vilar de Cervos, Bouses, Vilanova y Balbarrás), y que linda con las zonas de litio de Portugal. Por dejar de negar la realidad y evaluar los posibles futuros.