Se acerca el verano. El pleito más recurrente en los juzgados de Familia en esta época del año son los referentes a los «desacuerdos en la patria potestad». Los muchachos necesitan el DNI para coger un avión o el pasaporte para viajar a determinados países. No lo tienen y, por ley, el padre o la madre que va a viajar con ellos necesita la autorización del otro progenitor para sacárselo. Como desgraciadamente en muchos casos la respuesta es no por el simple hecho de incordiar, el Código Civil ofrece la solución en su artículo 156 al recoger la posibilidad de acudir al juez para solicitar el correspondiente permiso. Meses de pleito para que, al final, si el padre acompañante justifica la necesidad del documento, se autorice su expedición. En estos casos se debían imponer las costas siempre, con el fin de descongestionar los juzgados. De esa forma, uno se lo pensaría más a la hora de decir sistemáticamente no a todo aquello que pueda agradar a su ex, con independencia del sagrado, en derecho de Familia, «interés del menor», que va a ser el que se va a quedar sin vacaciones.