La radiofrecuencia pulsátil de Nadal

Juan Dios Tomé PRESIDENTE DEL COLEXIO DE PODÓLOGOS DE GALICIA

OPINIÓN

María Pedreda

08 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Rafa Nadal ha conquistado su decimocuarto Roland Garros, y tras esta victoria en París explicó que jugó cada partido del torneo con la zona del pie donde tiene el problema anestesiada, para no sentir el dolor que le produce la lesión crónica en su pie izquierdo, el síndrome de Müller-Weiss. También conocido como osteocondritis del escafoides, es una enfermedad degenerativa crónica e incurable que le provoca un gran dolor que le acompaña desde los 18 años.

El problema crónico se lo diagnosticaron en el 2005. Una parte de su escafoides es más estrecha de lo habitual y se partió. Ya en esa época le auguraron una carrera corta, pero encontró la solución en unas plantillas podológicas personalizadas que le cambian las zonas de apoyo. Eso le ha derivado en otros problemas, como la tendinitis en las rodillas, pero le ha permitido tener una vida deportiva de indudable éxito.

También explicó su hoja de ruta para intentar seguir compitiendo al máximo nivel. Se trata de la radiofrecuencia pulsátil. Pero, ¿qué es y cómo funciona? Es una técnica mínimamente invasiva muy eficaz para controlar varios tipos de dolor crónico. Se aplica una corriente eléctrica controlada a través de una cánula o aguja situada bajo control ecográfico en los nervios de la zona, en este caso del pie.

La corriente eléctrica genera un aumento de temperatura suficiente para destruir estos nervios que transmiten el dolor. Todo esto se hace mediante el generador de radiofrecuencias, un aparato que permite aplicar diferentes programas de tratamiento y controlar, por parte del especialista, los parámetros que modifican la entrega de corriente eléctrica a los tejidos nerviosos en perfectas condiciones de seguridad. El tratamiento se lleva a cabo bajo anestesia local y sedación, así que es confortable y no es doloroso para el paciente.

La radiofrecuencia tiene sus riesgos: además de las molestias en los primeros días, pueden aparecer hematomas en la zona de la intervención. El procedimiento se realiza en un quirófano y tiene una duración aproximada de una hora, tras la cual el paciente puede volver a casa. La mejoría suele ser gradual y se puede medir la eficacia de la técnica pasadas unas semanas. Si los resultados son positivos, se podrá reducir o variar el tratamiento farmacológico, llegando en algunos casos a retirarlo completamente, con la ventaja que supone evitar los efectos secundarios de algunos analgésicos y/o antiinflamatorios.

En cuanto a sus resultados, en torno a un 70-80 % de los casos se logra un buen bloqueo de la estructura nerviosa diana mediante el uso de las inyecciones de radiofrecuencia. Si la intervención resulta un éxito, el resultado puede durar entre 3 y 18 meses, aunque normalmente es de entre 6 y 9 meses.

Otra opción a la que podría recurrir sería pasar por el quirófano para someterse a una operación, aunque una intervención no garantizaría al tenista recuperar el pie y le supondría medio año de baja.

Lo que nadie puede obviar es que Rafa Nadal ha demostrado unas aptitudes y actitudes, tanto fuera como dentro de la pista, dignas de elogio e imitación para cualquier persona, amante o no del deporte. ¡Vamos Rafa!