Europa abierta y local

Simón Rego Vilar CONSELLEIRO DO CONSELLO DE CONTAS DE GALICIA

OPINIÓN

María Pedreda

25 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años, un ex ministro de Países Bajos, en pleno debate sobre la dificultad de plantear un programa eficaz de defensa del medio ambiente, dejó una reflexión para la historia: «Gobernar significa crear las condiciones para que el próximo plan de defensa del medio ambiente sea posible». El pasado 9 de mayo del 2022, Día de Europa, concluyó la Conferencia sobre el futuro de Europa: el futuro está en tus manos.

El Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea se suben a la «ola deliberativa» de la última década, buscando reforzar la legitimidad del proyecto europeo y los valores comunes europeos a través de la participación ciudadana y la deliberación del «público atento». Enfoque abajo-arriba para escuchar la voz de la ciudadanía en relación con el futuro de la Unión Europea y cuál ha de ser su papel en las transiciones en marcha que marcarán el futuro de las próximas generaciones.

Este proyecto disruptivo para las lógicas comunitarias tradicionales concluye con 49 propuestas a las tres instituciones mencionadas en nueve ámbitos temáticos: una economía más fuerte, justicia social y empleo; educación, cultura, juventud y deporte; transformación digital; democracia europea; valores y derechos, Estado de derecho, seguridad; cambio climático y medio ambiente; salud; Unión Europea en el mundo y migración.

Resulta incuestionable que el debate de la conferencia se hubiese mantenido por «debajo del nivel del agua», sin que alcanzase niveles de notoriedad relevantes. No obstante, sí cabe observar que las condiciones han permitido reforzar el «público atento» de la arena europea (más de 50.000 participantes en la plataforma online del proceso y más de 650.000 participantes en los diferentes eventos) y la apertura del debate sobre retos y prioridades del proyecto europeo. Hace unas semanas, el primer ministro italiano, Mario Draghi, abría el camino de la reforma de los tratados hacia un «federalismo pragmático».

Del conjunto de propuestas, citaré dos: 39 y 40, relativas al proceso comunitario de adopción de decisiones, en cuanto a su inteligibilidad, posibilidades de participación, respuesta ciudadana y rendición de cuentas, y el reforzamiento del principio de subsidiariedad, la participación en el proyecto de la casa de la democracia europea de los 90.000 municipios y 230 regiones europeas que aplican el 70 % de la legislación comunitaria. Para ello se aboga, en línea con el Manifiesto de Marsella de la Conferencia de Autoridades Regionales y Locales europeas, por un reforzamiento de la voz local en las políticas de cohesión y resiliencia, de la transición del Comité Europeo de las Regiones, más allá de su función consultiva actual, a un papel vinculante en ámbitos con clara dimensión territorial.

Por concluir con otro representante gubernamental, más recientemente el primer ministro de Eslovenia, Janez Jan?a, afirmaba que, «si hablamos de cambio climático, con mucho, el mayor desafío es la innovación… Si solo nos ocupamos de las consecuencias nunca resolveremos el problema». Creemos pues las condiciones para innovar.