«¿No se merece Chanel una disculpa?»

Cartas al director
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OPINIÓN

ALESSANDRO DI MARCO | EFE

16 may 2022 . Actualizado a las 06:52 h.

«Chanelazo»

Para sorpresa de muchos, la representante española de Eurovisión, Chanel, consiguió un merecido tercer puesto en Turín. Chanel, ofreció un gran nivel encima del escenario y estoy seguro de que a muchos esto les escoció. Aun recuerdo que no hace mucho, en el Benidorm Fest, mucha gente tachó dicha gala de tongo, ya que las Tanxungueiras eran las principales favoritas de la audiencia.

Yo me pregunto: ¿no se merece Chanel una disculpa? Es decir, media España la criticó, tacharon de tongo la elección de los jueces y pusieron en duda la profesionalidad de la artista. Hoy sabemos los resultados: cabe preguntarse si también los jueces de Eurovisión se equivocan; cabe preguntarse si la población europea que la votó también se equivoca.

Tal vez Slow mo no fuera tu canción favorita, pero lo que los números demuestran es que no es una mala canción. Considero que fue una decisión acertada ofrecerle la oportunidad de representar a nuestro país en Eurovisión. Aitor Imatz Davila. Pobra do Caramiñal.

¡Viva la igualdad!

Viva la igualdad, pero no solo la económica; distribuyamos, pero no solo la riqueza; odiemos la desigualdad, pero odiémosla toda. Vale que a aquel que se le dé bien hacer negocios, al que es bueno vendiendo coches o al exitoso comerciante de madera, se les reclame que paguen más impuestos y destinen más de sus ganancias al bote común para redistribuir así la riqueza. Ahora bien, viva también entonces la igualdad de sabiduría, así que a aquellos estudiantes más inteligentes y aplicados enviémosles a la peor escuela o universidad y restrinjámosles la entrada a bibliotecas, a ver si así les paramos un poco los pies; mientras que a los más vagos o menos estudiosos mandémosles a la mejor universidad, a Stanford o a Cambridge, pues malo será que en ese ambiente no se incentiven un poco.

Si a los que tienen más capacidad para ganar dinero hay que chuparles para redistribuir las rentas y paliar las diferencias, ¿acaso no habría que «pararles los pies» también a los que tienen más capacidad académica o de adquisición de conocimientos para suavizar las diferencias? Tener más dinero te pone en una posición de dominio con respecto al que menos tiene, pero ¿acaso la cultura no hace lo mismo respecto a la ignorancia?

Al puro estilo de una demostración matemática, esta reductio ad absurdum sirve de argumento para visualizar lo absurdo de creer que los pobres son pobres por otros ser ricos y, por ende, pretender hacer más pobres a los ricos, o lo que es lo mismo, «más tontos a los listos». Carmen Rodríguez. Santiago.

Las mujeres no somos «pobriñas»

Estoy harta, indignada de cómo nos están tratando a las mujeres nuestros políticos, como ciudadanas de tercera categoría: seres con regla, menopausia, con hijos, con embarazos, maltrato, violaciones, no podemos llegar a puestos de envergadura, no tenemos fuerza, somos débiles, los jóvenes están más machistas que nunca... ¿Motivo? La idea que están dando de las mujeres.

Las mujeres somos diferentes fisiológicamente, dejen de tener lástima de nuestro sexo, la mayoría estamos muy satisfechas de ser mujeres y sabemos defendernos, ascender en nuestras empresas, brillar como abogadas, magistradas, médicas... Hagan el favor de querer saber lo pensamos, he trabajado 38 años, tengo hijo y familia, no he faltado ni un día por la regla y duele; no falté durante los 9 meses del embarazo, se me ha respetado exactamente igual que a un hombre.

Hagan leyes con criterio y sentido común, dejen de hacer de nosotras las pobriñas. No necesitamos días de regla, salvo excepciones, el resto lo arreglan los ginecólogos. Estoy harta de esta condescendencia arcaica y que nos convierte en seres enclenques. Nos ponen a los pies de los caballos, en vez de ver que somos capaces de cosas que la historia ha escrito y el presente también. María Fernanda Candal Tapia. A Coruña.