Me cambio o no de compañía eléctrica

Fátima Fernández CON ENERGÍA

OPINIÓN

ÓSCAR VÁZQUEZ

30 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Una cosa buena traerá todo este lío de los precios de la electricidad. Que los consumidores empezarán a preocuparse, por fin, de saber exactamente qué tipo de contrato han firmado con su compañía. Porque muchos ni lo saben. Y mucho menos a cómo pagan el kilovatio hora que consumen a diario. Pero hay que hacerlo, aunque eso requiera pararse unas horas a explorar la factura que cada mes llega al buzón, o al postal o al electrónico. Porque en ella está todo lo que uno necesita saber. Y, con toda esa información, analizar ofertas y decidir. Ayuda mucho un comparador que ha puesto a disposición de los consumidores la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Se puede consultar en internet (comparador.cnmc.gob.es) e incluso en la propia factura mensual, en la que tiene que haber un código QR, que si se escanea con el teléfono inteligente conecta con ese servicio.

Muchos consumidores habrán vuelto a cuestionarse estos días si debían o no cambiarse de compañía, tras descubrir que pagan una tarifa fija durante un año y que su contrato es con una empresa del mercado libre. Temen que la propuesta que España y Portugal empezarán a aplicar en mayo (si todo va bien) para aplicar un límite a los precios de la electricidad al por mayor beneficie solo a los consumidores de mercado regulado, que pagan en función de esas cotizaciones mayoristas. Así que si estas bajan, pues también lo hará su factura. Pero ¿y las del mercado libre?

Bueno, también deberían hacerlo, pero más a la larga, cuando toque renegociar el contrato. Pero también es cierto que la factura regulada lleva meses más cara que cualquier oferta de mercado libre, precisamente porque recibe el impacto directo de los precios mayoristas de mercado. Así que, aunque ahora se abarate por el nuevo mecanismo (en torno a un 30 %), podría colocarse al mismo nivel de precios. Complicado anticipar acontecimientos.

En todo caso, salvo ahora, con una crisis energética encima que va a cumplir un año, el contrato en mercado regulado es el más transparente, no tiene letra pequeña, porque no la puede tener (las empresas no pueden mover una coma de unas cláusulas redactadas por el Gobierno) y la electricidad se paga a coste de mercado. Frente a él, las ofertas de mercado libre, que pueden esconder sobrecostes ocultos, en las que las compañías son las que proponen unas tarifas que cómo saber si son ventajosas o no...