¿Me la pongo o me la quito?

OPINIÓN

Elvira Urquijo A. | EFE

19 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los que crecimos con el «Póntelo, pónselo» de la ministra Matilde Fernández supimos de la importancia de protegernos frente al sida, los embarazos no deseados y otras enfermedades venéreas, pero también supimos de lo definitivo de una buena campaña informativa en los medios. Aquel eslogan de 1990 fue un revulsivo y, aunque se montó un buen pollo entonces, a los jóvenes nos quedaba claro que el preservativo era imprescindible en las relaciones sexuales.

Fernández y el Gobierno socialista de González arriesgaron y acertaron de pleno con un spot que ojalá ahora, visto lo visto con la pandemia, hubiéramos copiado. Porque dos años después de que el covid haya llegado a nuestras vidas seguimos en esa incertidumbre y en esa perplejidad sobre el uso de las mascarillas. No solo no hemos tenido durante el confinamiento un anuncio definitivo que nos hubiera guiado en su utilización, sino que en este despropósito de sobreinformación y vaivén, el Gobierno quiere dejar a las empresas la posibilidad de que cada una haga lo que vea, como si la decisión dependiese siempre de ese principio de prudencia que se estira y se estira hasta el despropósito. ¿Si entro en una peluquería me la pongo? ¿Me la quito? ¿Depende de la peluquera? ¿Y si voy a El Corte Inglés es distinto de si entro en Fnac? Seguimos en el caos: «Quítala, quítasela o póntela». Que alguien lo aclare ya.