Trabajadoras domésticas

Mª Peñahora García Sanz EN LÍNEA

OPINIÓN

CAPOTILLO

17 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A nivel mundial, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen 75,6 millones de trabajadores domésticos en todo el mundo, que representan un 4,5 % del total de población trabajadora, de los cuales el 76 % son mujeres. Aunque prestan servicios esenciales, este grupo rara vez tiene acceso a derechos y protección. Alrededor del 81 % desarrolla un empleo informal, lo que supone el doble de la proporción de empleo informal en comparación con los demás sectores.

En España, según arrojan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), a finales del 2021 las personas ocupadas en empleo doméstico oscilaban entre 520.000 y 560.000. De estas, el 88 % eran mujeres. Sin embargo, solo 380.000 estaban afiliadas al Sistema Especial de Empleadas de Hogar en la Seguridad Social. Los sindicatos apuntan que 200.000 personas más trabajan en nuestro país sin ningún reconocimiento laboral ni cobertura social, y, por lo tanto, de manera informal.

La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE del mes de febrero ha supuesto un importante respaldo jurídico para extender la cobertura de las prestaciones por desempleo para las trabajadoras domésticas y para acelerar el proceso de ratificación en nuestro país. Dicha sentencia nos recuerda que estas personas adolecen de condiciones laborales desiguales, mermadas y con derechos laborales restringidos.

El Gobierno acordó el 5 de abril, en Consejo de Ministros, iniciar los trámites para la ratificación del Convenio 189 de la OIT, que incluye la obligación de reconocer la cobertura de la prestación por desempleo para este colectivo.

Esta ratificación por parte de España constituye el primer paso para que nuestra normativa laboral sea capaz de garantizar un trabajo decente para este grupo. Solo a través del diálogo social se podrá regular la plena equiparación de los derechos laborales para las personas empleadas de hogar, para que puedan disfrutar no solo de una prestación por desempleo, sino que también tengan acceso a un marco de negociación colectiva robusto y que suponga el fin a las carencias del sistema normativo español en materia de seguridad y salud del trabajo doméstico. Además, la ratificación del convenio reconoce la importancia de la contribución del trabajo doméstico a la economía mundial.