Isabel Díaz Ayuso tiene un hermano que se lucró intermediando con mascarillas para la Comunidad de Madrid. Ella no sabía nada. Por supuesto, tampoco ve nada ilegal.
José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital del Estado, tiene un familiar al que acudieron dos empresarios, Luis Medina y Alberto Luceño, como paso previo a forrarse con comisiones millonarias a cambio de suministrar material sanitario para la ciudad de la que es regidor. Tampoco sabía nada hasta que estalló un escándalo obsceno, que acapara la atención en los platós y en las redes. Y es que el hermano del duque de Feria y su socio se gastaron los beneficios caídos del cielo en adquirir tres Rolex, un yate, un pisazo, un Aston Martin, un Ferrari y un Lamborghini, entre otros artículos de todo a cien.
Ayuso y Almeida militan en el llamado liberalismo a la madrileña. Defienden públicamente que el Estado retroceda a la mínima expresión y por la desregularización. Teóricamente, lo hacen para que los ciudadanos sean libres y la economía crezca. En la realidad, las élites extractivas campan a sus anchas y los casos de corrupción hablan por sí solos. Podemos hacer un rosco de Pasapalabra con ellos. Contiene la G, Gürtel. Empieza por la P, Púnica... ¿Qué nombre le ponemos a la compra de mascarillas y guantes a precio de champán francés?