Neoclasistas

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

Leah Millis | Reuters

02 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Coincidieron dos grandes periódicos del mundo anglosajón en analizar esta semana la deriva del voto femenino, tenido por conservador hace cien años y por izquierdista ahora. A la hora de explicarlo, ninguna de las dos cabeceras se atreve a dar razones claras, pero ambas manejan datos de interés. El artículo americano se refiere, por ejemplo, a un estudio sobre si Estados Unidos se había vuelto «demasiado blando y femenino» (too soft and feminine). Rarísima cuestión que no me atrevería a formular en España. Más extrañas aún se me hicieron las respuestas.

El 56 por ciento de los hombres estaba de acuerdo en que el país es ahora «demasiado blando y femenino», algo que aceptaba también el 34 por ciento de las mujeres. El analista subrayaba la distancia, pero a mí me sorprendía que tantos hombres y, sobre todo, tantas mujeres lo pensaran y se atrevieran a decirlo. Las diferencias se agrandaban al introducir la variante partidista: los demócratas estaban menos de acuerdo con la afirmación (41 por ciento de los hombres y 28 por ciento de las mujeres) que los republicanos (80 por ciento de los hombres y 57 por ciento de las mujeres). Entre los votantes con estudios universitarios se advierte ya una brecha gigantesca, una polarización salvaje entre demócratas y republicanos: 9 frente a 73 entre los varones y 4 frente a 57 entre las mujeres.

Si se analizan las tendencias en función de temas específicos, parece confirmarse lo vislumbrado en el párrafo anterior: que la polarización social reside, sobre todo, en las clases más formadas y, por lo que se ve, menos racionales. El extremismo es cosa de las élites, que tienen menos votos. Pero más dinero para conseguirlos.

@pacosanchez