Inflación y desaparición de las clases medias

Alberto Rocha ECONOMISTA Y ABOGADO, SOCIO DIRECTOR DE PROACTIVE & PROASA

OPINIÓN

ALTEA TEJIDO | Efe

02 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Existe un consenso generalizado entre todos los analistas en considerar la escalada de inflación que estamos sufriendo como una mala noticia, pero yo voy a ir un poco más allá y ponerme en plan catastrofista.

Empezaré por identificar quiénes son, a mi entender, los más perjudicados. En este sentido, teniendo en cuenta que las mayores subidas se experimentan en productos energéticos y bienes de primera necesidad, las pymes, con una posición negociadora débil en el mercado y por tanto sin capacidad para repercutir los incrementos de costes, y las personas con rentas bajas o medias, para quienes el gasto en alimentación y energía consume una parte muy importante de sus ingresos, son claramente los que salen peor parados. Sin olvidar a los pequeños ahorradores, incapaces de conseguir una rentabilidad que supere a la inflación, y por tanto empobreciéndose poco a poco hasta ver cómo sus ahorros se volatilizan.

Por lo que se refiere a las causas, algunas tienen que ver con la situación geopolítica, medioambiental, o de simple ajuste de la oferta de algunos bienes y servicios, que se corregirán en un período más o menos corto de tiempo; pero también existen otros factores que en mi opinión están agravando el problema, y que tienen como denominador común tratarse de decisiones políticas, sobre los que creo que vale la pena reflexionar:

1.- La política fiscal y monetaria. Tendría que deflactarse de forma inmediata la tarifa del IRPF, ya que no hacerlo es como si cada mes nos estuviesen subiendo los impuestos. Sin embargo, a cada trabajador se le sigue reteniendo en la nómina el mismo porcentaje, a pesar de haberse reducido su capacidad adquisitiva. Y lo mismo pasa con los impuestos indirectos, como el IVA, que, por efecto de la inflación, también aumenta la cuota que recauda el Estado.

En lo que se refiere a la deuda pública, la inflación también juega a favor del Estado, puesto que al igual que erosiona los ahorros también lo hace con la deuda. En este sentido, según datos publicados por el Tesoro público, a diciembre del 2021 el tipo de interés medio de la deuda emitida era del 1,64 %. Por tanto, le pasa lo mismo que al pequeño ahorrador, pero en sentido contrario, es decir, la inflación se va comiendo la deuda.

2.- Las políticas proteccionistas. El retroceso que estamos sufriendo en la globalización de los mercados, alentado en ocasiones de forma bienintencionada por las propias organizaciones empresariales, con el crecepelo de la relocalización de la producción, tendrá como efecto una reducción de la oferta y por tanto un encarecimiento de todo tipo de bienes, lo que seguirá empujando al alza los precios.

3.- La indexación al IPC. El hecho de indexar automáticamente las subidas de algunos contratos y prestaciones al índice general de precios supone entrar en una espiral inflacionista que no tiene fin, y que acaba traduciéndose en pérdida de competitividad.

En cuanto a las consecuencias, de persistir la situación de estanflación se producirá una mayor polarización de la riqueza, con progresiva reducción de las clases medias y resultados desastrosos para la economía y la sociedad, que por el camino explican el porqué de la irrupción de los populismos.