Ruina a todo gas

Alfredo Reguera ECONOMISTA

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

29 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta esta semana, el Gobierno achacaba toda la subida masiva de precios a Putin, a las eléctricas y hasta a la ultraderecha. Ni rastro, por supuesto, de mención alguna a los continuos planes de estímulo, a la impresión de dinero o a la moratoria nuclear, entre otras cuestiones. Todo este argumentario va a ser muy difícil de sostener en los próximos meses, ante el volantazo inexplicable en política exterior que ha dado el Ejecutivo.

Este giro es el abandono a su suerte del Sáhara Occidental, antiguo protectorado español, frente a Marruecos, en contra de los intereses argelinos. Hablamos de «volantazo» puesto que es un cambio radical a la política exterior de consenso nacional, siempre pactada entre el gobierno de turno y la oposición. Incluso es un giro brusco de la del propio Ejecutivo actual, que hace menos de un año entró en una especie de guerra diplomática con Marruecos, por posicionarse del lado argelino en este conflicto.

Hablamos de precios, porque Argelia, la parte damnificada en este asunto, es la histórica principal suministradora de gas a España. Hoy la segunda, superada por EE.UU., que nos proporciona gas licuado en buques, a mayor precio. Este asunto no ha podido venir en peor momento, dejándonos en pésima situación, por cuanto la guerra en Ucrania, que hasta ahora prácticamente no nos estaba afectando, por mucho que el Gobierno se empeñase en tapar sus fracasos con ella, dificulta cualquier otra opción de suministro de gas. Pedro Sánchez ha puesto en peligro, entre otras muchas cosas, más del 20 % del gas que consumimos, que lo obtenemos del país argelino y que es probable que, como respuesta a nuestra traición, bien nos cierre el grifo, bien nos encarezca este.

Hay que añadir que en España poseemos yacimientos de gas natural suficientes para cubrir nuestra demanda nacional durante 40 años. Pero el año pasado se prohibió por ley extraerlo. Veremos qué conejo de la chistera saca nuestro presidente para explicar todo esto, sin culparse a sí mismo, por supuesto.

La decisión respecto al Sáhara es además inexplicable, porque, aparte de ser una torpeza geoestratégica grave, no le ha gustado a nadie, ni amigos ni enemigos. Tanto los propios socios de Gobierno como la oposición en bloque se han posicionado en contra de esta capitulación. La pregunta es: ¿qué le debe el PSOE a Marruecos para haber vendido a todo el mundo a cambio de nada? Tan solo el expresidente Zapatero ha salido en defensa de este cambio de postura. ¿Es quizás una deuda heredada de su época?

El horizonte no es bueno: el suministro de gas se tambalea, faltan en nuestro país centrales nucleares, el BCE se torna incapaz de subir tipos para no quebrar países y sufrimos unas tasas de inflación (7,6 % interanual en febrero y sin visos de descenso, sino todo lo contrario).

Habrá que esperar para ver cómo el Gobierno culpa a otros de sus torpezas, o nos las vende como éxitos. Ya nada nos sorprende.