Juanito tenía razón. «90 minuti en el Bernabéu son molto longo». Interminables fueron contra el resucitado Barça de Xavi, que se quedó a un gol de la manito. El Madrid no jugó a nada. Pero es lo que lleva haciendo toda la temporada. Es un equipo de veteranos sin equilibrio y sin entrenador. Ya sé que van primeros, veremos cuánto les dura, y ya sé que los madridistas de pro estarán convencidos de que su trofeo favorito volverá a ser blanco. El Madrid, en estos sueños húmedos, le ganará al Chelsea y al City camino de otra Champions, de su Excalibur. ¿Están seguros después de la evidencia del entierro de Xavi a Ancelotti? Ancelotti es como Mourinho, pero con más clase al vestir y como persona. Ha convertido a uno de los clubes más importantes del mundo en nueve tíos que juegan agazapados para que, ojo, dos de sus estrellas, Benzema y Vinicius, marquen algún gol al contragolpe. Dirán que no estaba Benzema, el súper crac blanco. Pero Benzema no es una estrella. Es un pillo del área. Nada más. Claro que es mejor que su socio Vinicius. Vinicius es un circo de seis pistas. Se cae solo todo el rato. Acelera las jugadas al máximo y provoca el caos con el que este Madrid paupérrimo ha ido sacando victorias en la Liga y durante media hora contra el PSG. Vinicius está hinchado como un globo de helio. Afinó algo la puntería, pero es como aquel Robinho, o aquel Denilson. En el fútbol quedará como un soplo de risa.
El Madrid tiene dos auténticas estrellas. El portero, bien que lo demostró contra el Barça (pudieron ser ocho los goles). Y el viejo roquero Modric. Luego, útiles son Casemiro, Kroos, Mendy y Alaba. Lo demás es del montón. El club más grande del mundo tiene una plantilla de carcajada, un once hueco. Valverde descendió al peor Dépor. Lucas Vázquez es un chaval de Curtis, con todo mi respeto desde Teixeiro para los de Curtis, pero un crío que se lo tiene creído. Encima el bueno de Carlo solo usa a doce o trece tipos, con lo cual puede sufrir un final de temporada y de Champions molto longos. Lo único que ha ido salvando al Madrid es el grelo que ha tenido. Hasta Simeone se ha atrevido a jugar algo más al fútbol. Debe ser horrible ser socio blanco y ver que tu equipo espera en un búnker hasta al Cádiz. Xavi solo se aprovechó de la evidencia. Se quedó la pelota, con lo que se juega al fútbol, y los destrozó. No olieron el balón. Fue como cuando un abusón se mete con un niño. Debe de ser terrible amar al Madrid y ver que sobrevive de ese pillo del área, Benzema. En realidad, sé lo que es. Es como ver jugar al Dépor en Primera Federación con el mayor presupuesto sin intención alguna. El Barça se enfrentó el domingo por la noche a un Madrid que podía ser el triste Dépor de Primera Federación. La camiseta no juega sola. Los más obcecados seguirán diciendo que el entierro de la sardina fue un accidente. Y que caerán el Chelsea y el City. No digo que no. Fútbol es fútbol. Pero Florentino ya puede renovar medio equipo o llegará el momento de la caída libre, como le pasó al Barça. Mbappé puede ser un paso, pero, si tiene a Vinicius al lado, el brasileño, que recuerda mucho a la cabra de la Legión, es capaz en unas de sus aceleraciones sin sentido de chocar contra él. Ay, grandes como el Madrid o el Dépor, por los suelos, por los egos desmedidos, perdiendo lo más sagrado que tienen: el alma.