Pedro Sánchez, el Sáhara y la manta de Feijoo

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

Brais Lorenzo

20 mar 2022 . Actualizado a las 09:48 h.

Los acontecimientos en este invierno corto, benigno en lo climatológico y demoledor en todo lo demás, son una apisonadora. Y por eso puede parecer un tema menor la decisión histórica del Gobierno de Pedro Sánchez de aceptar la solución marroquí para el Sáhara, que habrá descolocado a todo el arco parlamentario, desde Abascal a Yolanda Díaz. Todo en esta vida son mapas. Mapas geográficos, energéticos, emocionales. El aleteo de una mariposa en el cuartel general de la OTAN en La Haya, las bombas cayendo sobre Mariúpol, la ciudad de María, el subconsciente alemán tiritando de frío y recordando guerras pretéritas… En el mapa de este 2022, ironías del destino, no nos ha tocado el lugar habitual. Los Países Bajos, Suecia, Finlandia y demás frugales están mucho más cerca del averno que los parias ibéricos, los pigs derrochones y malcriados. Y, más increíble aún, nos ha pillado con la llave del gas comunitario en la puerta de casa, en forma de regasificadoras y proximidad con Argelia.

Había una tachuela en el camino de Pedro Sánchez como gran calefactor europeo. Así que, cosas de la realpolitik, esa tachuela marroquí ya ha sido retirada del camino. Que vuelva a pasar el gas argelino por el gasoducto que había cerrado Mohamed VI y del pueblo saharaui que se ocupe Rita. Rita es Yolanda. Que, queda ahora demostrado, se tiró demasiado pronto a la piscina.

En la acera de enfrente, Feijoo intenta que no se le escape el caballo por la derecha. Un caballo que galopa por la Castilla de Machado. Ancha. Y de ahí los últimos tropezones, la violencia vicaria y demás concesiones al populismo. ¿A Feijoo lo tiraron a la piscina demasiado pronto? ¿O demasiado tarde? Como decía un entrenador peruano, el fútbol, y también la política, son como una manta. Si tapas la cabeza, destapas los pies.