Pedrea en la lotería de Intel

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Valentin Flauraud | Reuters

17 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El mayor fabricante del mundo de circuitos integrados, Intel, anunció esta semana la primera fase de sus planes para invertir hasta 80.000 millones de euros en la Unión Europea durante la próxima década a lo largo de toda la cadena de valor de los semiconductores. Es una lotería en toda regla y a España le ha tocado la pedrea, como vamos a ver.

El premio gordo se va para Alemania. Intel abrirá dos fábricas de semiconductores en Magdeburgo, la capital del estado Sajonia-Anhalt; la construcción se iniciará el próximo año y la producción se pondrá en marcha en el 2027. La compañía norteamericana quiere convertir el país germano en un «Silicon Junction», un polo del silicio para la fabricación de chips avanzados y que servirá también de punto de conexión para otros centros de innovación de Europa central. Prevé invertir inicialmente 17.000 millones de euros, lo que supondrá crear 7.000 empleos en la construcción, 3.000 puestos de trabajo permanentes en Intel y decenas de miles adicionales entre proveedores y socios.

Segundo premio, Leixlip (Irlanda), donde Intel ya cuenta con un importante centro industrial desde hace décadas. Allí aportará 12.000 millones de euros adicionales y duplicará el espacio de fabricación para ampliar la fundición de obleas de semiconductores.

Tercer premio, Italia: una fábrica de última generación para las fases back-end (los procesadores en sí), con una inversión potencial de hasta 4.500 millones, 1.500 puestos de trabajo directos y otros 3.500 indirectos.

Otros premios menores han caído en Plateau de Saclay (Francia), donde Intel planea construir su nuevo centro europeo de I+D y computación de alto rendimiento; y Gdansk (Polonia), donde aumentará su actual laboratorio para desarrollar soluciones en los campos de las redes neuronales profundas, el audio, los gráficos, los centros de datos y la nube. Y finalmente la pedrea, España, donde el Centro Nacional de Supercomputación (ubicado en Barcelona) e Intel planean establecer laboratorios conjuntos para desarrollar la arquitectura zettascale: un sextillón (1021) de FLOPS (operaciones de coma flotante por segundo). Una potencia descomunal con la que quizá en la próxima década un ordenador nos diga cómo el ser humano puede ser tan avanzado y estúpido a la vez.