De la mejilla y los mejilloneros, el futuro

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

Martina Miser

03 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El éxito de los cultivos de mejillón se asienta en la disponibilidad de semilla en el medio natural. Así es desde hace 75 años en Galicia. Un éxito derivado de la resiliencia de las poblaciones del intermareal rocoso, de nuestro régimen de afloramiento, y de la contribución a la «metapoblación» de mejillón gallego, de los 18.000 millones de mejillones que viven en las bateas de las rías y por tanto de su capacidad reproductora. Un éxito que depende de 18.000 toneladas de mejilla disponible en las rocas de Ortegal al Miño y también de la semilla captada en las cuerdas colectoras. Estimándose en unas 7.000 las toneladas de semilla necesarias para producir las 250.000 de mejillón. Si bien los datos reales de recolección anual de mejilla, de existir, no están accesibles, en las lonjas gallegas se registran entre 500 y 700 millones de individuos, con amplia fluctuación anual. Y los datos experimentales en cuerdas colectoras en Arousa registran entre 2.500 y 6.000 individuos por metro de cuerda, según la zona de cultivo. Datos que permiten valorar las exigencias que tendría un criadero para semilla de mejillón.

Antes el mar era libre. Hoy el mar, de roca, lámina de agua o playa, está en autorización o concesión, mayoritariamente a favor de las cofradías, entidades de derecho púbico y con funciones subsidiarias de la Administración. En 1992 la Administración gallega introdujo los planes de explotación, basados en los derechos de uso territorial para la pesca (DUTP), para la gestión de recursos marinos sedentarios, bajo la responsabilidad de las cofradías y el Gobierno gallego.

Pero las organizaciones mejilloneras ni se encuadran en las cofradías ni han tenido territorio o recurso asignado para planificar la explotación de la mejilla, supeditada a planes de explotación de otros colectivos bajo la tutela de la Xunta. Tampoco han prestado atención suficiente a la importancia de acreditar ante la Xunta datos históricos de la recolección de mejilla, con zonas y cantidades bien delimitadas. O al menos eso se desprende de algunos informes técnicos referenciados en las resoluciones que soportan la orden de la Xunta de diciembre del 2021. Quedando los mejilloneros, si eso fuera así, en situación similar a aquellas flotas pesqueras en aguas internacionales en los años 70 que, por la tipología de las estadísticas aportadas, no vieron reconocidos sus derechos históricos. Caso de Terranova o Gran Sol, tan cerca y tan lejos.

Por más que los intereses en conflicto deban ser oportunidad para el futuro del cultivo de mejillón, a lo que contribuirá la potenciación de las cuerdas colectoras y los trabajos para establecer mapas de densidad, tamaño y rendimiento reproductivo en cada área, hoy más factibles con el uso de nuevas tecnologías, y el diseño riguroso de una base de datos pública y accesible, lo que contribuiría a una adecuada toma de decisiones de la Xunta sobre las especies del intermareal rocoso en disputa y bajo su tutela. Incluida la mejilla.