Casado era Hernández Mancha

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

22 feb 2022 . Actualizado a las 09:10 h.

En el día de ayer, cautivo y desarmado el ejército de Pablo Casado, han alcanzado las tropas de los barones sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Así finalizó la Guerra Civil, con el parte de Burgos, y así terminará Casado al frente del PP por mucho que intente atrincherarse. La goma que estira solo servirá para ahorcarlo con más dolor. La reunión interminable en Génova fue un aquelarre que no servía de nada desde que los dos rostros de la derecha, Núñez Feijoo e Isabel Díaz Ayuso, habían hablado y habían acordado que no llegaba ni con la cabeza de Teodoro García Egea. Eso, a estas alturas del drama, es caza menor. El telón se corre para Pablo, no solo para Teodoro.

Menuda manera más lamentable de cargarse su futuro. Este abogado nacido en Palencia en 1981 nunca le cogió el pulso al puesto. El cargo importantísimo para la estabilidad de España de jefe de la oposición le quedó enorme desde el minuto dos. No acertó en las votaciones en el Congreso. No acertó en las estrategias. Y, sobre todo, no dio una con su entorno. Se rodeó de aplaudidores, que son los peores consejeros. Finalmente, el derrape mental que ejecutaron él y Teodoro, acusando a una compañera de tráfico de influencias para horas después cerrar en falso el expediente, es inaudito. En mayo del 2020, cuando se abstuvo para ser una vez más irrelevante en la votación del estado de alarma, ya decíamos que Pablo Casado pasaría a la historia del PP como otro Hernández Mancha. ¿Quién recuerda a Hernández Mancha? Lo que está intentando es prolongar una agonía atrincherándose en una guerra orgánica que no tiene sentido, tras el pacto entre Feijoo y Ayuso. Esto termina con congreso extraordinario y con Casado en su casa y sin que el móvil le suene. Es lo que tiene dejar el poder. Los medios de Madrid lo crucificaron por un motivo muy sencillo. Él no tiene presupuesto para llegar a acuerdos con los medios, Isabel Díaz Ayuso sí. No midió su endeblez frente a Ayuso, quien además maneja de forma sensacional el papel de víctima, de Magdalena penitente. Ahora solo falta saber los plazos del congreso. Pero el crédito de Casado es cero. Game over. La junta directiva nacional convocada para la próxima semana es prolongar la hemorragia. Solo el congreso extraordinario taponará la herida.